Compartir:

¿Cómo fortalecer la relación padre-hija en la adolescencia? Este video muestra cómo crear un vínculo sano.

La campaña de Cetaphil es una invitación a compartir mundos diferentes, pasiones e intereses: el cuidado de la piel de la hija y el entusiasmo de un padre por el deporte. Y brillar juntos, fortalecer la confianza y crear recuerdos imborrables.

Sin embargo, es cierto que la adolescencia puede ser una etapa difícil, un período de cambios y descubrimientos; de transición de la niñez a la madurez; un momento en el que las relaciones familiares pueden ser desafiadas; una etapa en dónde ni el padre ni la hija saben qué pasa, qué ha cambiado… ¡Pero se puede aprovechar! Y crear nuevos vínculos más fuertes que nunca.

En este contexto, la relación entre un padre y su hija puede ser especialmente significativa para su desarrollo sentimental, espiritual, profesional… Es una etapa dónde estos lazos son más importantes que nunca.

 

 

Nunca es demasiado tarde

¡Cuántas veces hemos oído el pasaje del hijo pródigo! Hemos oído que nunca es tarde para que se arrepienta, para que cambie, para que vuelva a los brazos de su padre. Y ¿el padre? Qué pasa si él es el que tiene que cambiar, volver a los brazos de su hija o crear nuevos lazos con ella…

¡También!, nunca es tarde para que reconecte con su hija. Es cierto que su adolescencia puede ser confusa para él, pero también es una oportunidad de reubicar la relación y de buscar nuevas formas de interactuar. Si bien puede parecer que los dos se sienten lejos y en mundos diferentes, es precisamente en este período donde una conexión es aún más vital.

Si la relación de un padre con su hija se ha distanciado, no debe olvidar que siempre hay tiempo para construir nuevos puentes. La parábola del hijo pródigo nos enseña que el amor del padre siempre está presente, esperando con anhelo el regreso de su hijo. Y, aunque no te lo digan, los hijos también están esperando la vuelta del amor de su padre.

 

 

Padre, hija y la necesidad de reconectar

La adolescencia es un período de transición, un paso de ser niña a ser mujer, por lo que es importante buscar nuevas actividades, costumbres… para hacer juntos. Ya no vale ir al parque o hacer cosquillas.

¡Y qué importante es una relación sana! Aporta innumerables beneficios emocionales y psicológicos. Desde seguridad y estabilidad hasta diversión e influye en la autoestima y la confianza de su hija, enseñándole cómo apreciarse y valorarse por dentro y fuera.

¿Cómo se pueden fusionar los intereses de un padre y su hija? ¿Por los que no solo se comparten risas y emociones, sino que también se crean recuerdos? De la misma forma que en el video, compartiendo sus mundos e interesándose por el del otro.

Un padre es el reflejo de Dios Padre

En muchas ocasiones nuestra relación con Dios está condicionada por la relación que tuvimos con nuestro padre. ¿De qué otra forma podría ser? Solo tenemos un ejemplo de padre. Y es muy fácil pensar que Dios es igual, que nos trata o ve de la misma forma, que nos quiere igual… para bien y para mal.

Un padre amoroso, preocupado, que entiende y perdona a su hija es un gran ejemplo del amor incondicional de Dios.

Un padre es un gran referente para su hija

El padre es la figura masculina central en la vida de su hija y ejerce una influencia significativa en sus elecciones futuras. Si él es admirado y respetado, es probable que la hija busque esas cualidades en sus relaciones; si le admira, conectará con personas que compartan sus valores, su bondad y su fortaleza. Además, le empodera emocionalmente, permitiéndole encontrar seguridad en sí misma y en el futuro.

Es cierto que la adolescencia puede ser un viaje tumultuoso, pero con el apoyo y la guía de un padre se puede convertir en una experiencia de crecimiento; puede ser una oportunidad para fortalecer la relación padre-hija, construyendo puentes de comunicación y confianza que perdurarán toda la vida.

 

 

Escrito por: Adrian Samayoa Historiador, periodista y estudiante, vía Catholic-Link.

 

Compartir: