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Si escuchas a tus hijos de pequeños, ellos te hablarán cuando sean grandes.

Como maestra, durante casi toda la época escolar, estoy acostumbrada a escuchar a mamás desesperadas con la típica frase: ¿Cómo le va a mi hijo? ¡Es que no me cuenta nada! Lo que ocurre, según muchos papás, es que actualmente es casi imposible saber cómo le ha ido en la escuela a sus hijos, ya que los niños evaden el tema o responden con monosílabos a las preguntas.

Cuando hablamos de niños pequeños, en especial, seguro te dirán: “me fue bien”, pero no necesariamente contarán cada detalle de su día. Para ello, existen algunas claves que los padres pueden utilizar para “sacarles la información” que tanto ansían.

  • Siempre es importante encontrar el momento y lugar adecuado. No vamos a preguntarles “cómo les ha ido” alrededor de más personas, ya que se sentirán observados y no querrán responder.
  • Intenta que no parezca un interrogatorio, más bien que sea una pregunta espontánea. Una buena idea es contarles algo de tu infancia para que ellos lo puedan relacionar. Por ejemplo, si intuyes que alguien puede estar molestándolos, podrías contarles (o inventarte) una pelea de tu infancia con “Luis”, y preguntarle, ¿tú que hubieras hecho? ¿Hay alguien en tu escuela que se comporte como Luis? Y así con cualquier tema.
  • Los niños deben sentir que tienes un deseo real por saber cómo les fue en la escuela, y que no es una pregunta más de la rutina como: “¿Te lavaste los dientes?”. Evita las distracciones para que puedas realmente escucharlos. Además, opta por preguntas adecuadas, que no sean abiertas, así no te responde con unas palabras como: “bien”, “sí”, “no”. Puedes demostrarles tu interés con algunas de las siguientes preguntas:

Algunas preguntas que puedes formular

Sobre lo cotidiano:

  • ¿Qué fue lo más divertido del día de hoy?
  • ¿Qué materia fue la que más disfrutaste?
  • ¿Hoy aprendiste algo nuevo?
  • ¿Qué es lo que más te aburrió hoy?
  • ¿Qué llevaron de lunch tus amigos?

Acerca de su interacción social:

  • ¿A qué jugaron en el recreo?
  • ¿Algún amigo te hizo reír?
  • ¿Hubo alguien que te hiciera enojar el día de hoy?
  • ¿Qué le cambiarías a tu colegio?
  • ¿Alguno de los otros niños se está portando mal o hace cosas que no debe?

Indagar en su desarrollo académico:

  • ¿Qué te gustó más de lo que aprendiste hoy?
  • ¿Qué te gustaría hacer para que la clase que más te aburre fuera más divertida?
  • ¿Qué es lo que menos te gusta de tu maestro?
  • ¿Crees que tu maestro piensa que te portas bien en clase?
  • Del 1 al 10, ¿qué puntaje le darías a tu día? ¿Por qué?

Si el niño no responde a la pregunta y cambia el tema, no ahondes más en lo mismo, más bien, trata de darle la vuelta; más adelante, con más confianza, puede que quiera comentarte más sobre eso. También recuerda que ha pasado 8 horas en ese lugar y a veces simplemente no tiene ganas de hablar. La comunicación es un pilar importantísimo en el vínculo afectivo con tu hijo, realiza las preguntas claves y poco a poco verás cómo tu hijo se abrirá más a ti.

Por Belén Proaño Serrano
Máster en Atención Temprana

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