Compartir:

Como padres es importante encontrar formas de establecer un diálogo con los hijos en su etapa adolescente.

Me gustaría comenzar este artículo haciendo un primer análisis sobre cuál es nuestra actitud como padres a la hora de entablar una conversación con nuestros hijos, en especial si estos son adolescentes.

Cuando tu hijo se acerca para hablarte, ¿cómo reaccionas?

  • Le contestas, “espérate un ratito” sin decirle el tiempo que durará el ratito; porque es muy diferente a decir “dame 10 minutos” y lo atiendes como se merece.
  • Estás constantemente con el celular en la mano y le dices, a ver dime qué quieres y sigues viendo al celular.

Esto no implica que en todos los casos sea así, pero pueden ser claros ejemplos acerca de lo que a veces hacemos. En ese caso, ninguna de estas situaciones denotan interés hacia quien necesita entablar una conversación, ni son un buen inicio para una comunicación efectiva, menos aún cuando se trata de un adolescente.

Mostrar interés

Prestar atención, más que escuchar, es tratar de comprender lo que te dicen, es crear una empatía con quien te habla. Dicho de otra manera es: respetar ese momento.

Los padres debemos de pensar bien antes de hablar con nuestros hijos adolescentes. Esta es una edad en donde todo lo que se dice y se hace se siente de una manera muy intensa. Cuando iniciamos una conversación con un adolescente, debemos darle la importancia que merece y podemos lograrlo si seguimos las siguientes recomendaciones:

  • Permite que tu hijo se explique sin interrumpir, no preguntes constantemente, no es un interrogatorio.
  • No te asustes frente a lo que te pueda decir por más impresionado que estés, respira y deja que termine antes de emitir un juicio de valor.
  • Evita hacer gestos de agrado, desagrado o muecas, porque puede ser una manera de juzgar.
  • Procura que tu tono voz sea totalmente neutro para que tu hijo se sienta tranquilo y quiera seguir conversando.
  • En la medida que lo dejes hablar, tú tendrás más argumentos a la hora de responder. Hay ocasiones en que solamente necesitan “ser escuchados”, sin profundizar tanto.
  • Cuéntale lo que a ti te pasó, o algún episodio de tu vida que sea parecido a lo que te está contando. De alguna manera sentirá que “no nacimos viejos”.
  • No te disgustes cuando te cuente lo que hacen sus amigos. Esto me lo enseñó mi hija; un día que me dijo “pero mami yo no estoy de acuerdo con lo que ha hecho y te pones tan brava como si fuera yo”. Nunca más volví a enojarme por lo que “otros” hacen.

Generar confianza mutua

Es importante que las conversaciones queden solo entre ustedes y no comentárselas a nadie más. Así, ellos se sentirán respetados y sabrán que pueden confiar.

Cada hijo debe tener “su momento”. Procuremos salir con cada uno de ellos, ya sea de compras, a tomar un helado, un café, cualquier cosa que nos permita conversar sin interrupciones. Esto crea en ellos un sentimiento de empatía porque “mamá y/o papá también me cuentan sus cosas, se interesan en mí y me hacen parte de sus vidas”.

Si aprendemos a respetar a nuestros adolescentes, cuando quieren hablar con nosotros, no dudes que comprenderán que nosotros también necesitamos que nos respeten cuando queramos hablar con ellos.

Por: Psic. Pilar Adell
pilaradell@hotmail.com
@pilaradellpsicologa

Compartir: