La congestión nasal no es considerada una enfermedad, pero si es el síntoma de muchas. ¿Por qué se produce y cómo aliviarla?
Los cambios de clima frecuentes y condiciones como los resfriados, gripes y rinitis alérgica son las causas más comunes donde aparece el incómodo síntoma de la congestión nasal o “nariz tapada”, que se produce cuando los tejidos nasales y adyacentes y los vasos sanguíneos se inflaman con exceso de líquido y causan una sensación de “congestión” acompañada de una secreción nasal o “moqueo”. El humo del tabaco, el aire seco, comida picante, tabique nasal desviado y sinusitis aguda, también causan congestión nasal, aunque con menor frecuencia.
Es importante conocer que la congestión nasal no es considerada una enfermedad, pero si es el síntoma de muchas. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, cientos de millones de personas sufren cada día las consecuencias de una enfermedad respiratoria crónica (ERC). Según estimaciones, en el 2014, 235 millones de personas tienen asma, 64 millones sufren de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y muchos millones de personas más, sufren rinitis alérgica y otras ERC que a menudo no llegan a diagnosticarse.
La doctora Astrid Díaz, Asesora Médica de Bayer, menciona que: “las personas adultas deben acudir al médico cuando el síntoma de congestión nasal dure más de 10 días presente fiebre alta, las secreciones nasales amarillas y verdes, y estén acompañadas por un algún dolor inusual, ya que es posible que esto sea una señal de infección bacteriana o síntoma de alguna enfermedad respiratoria crónica. Mientras que, en los niños, se debe de consultar al médico en caso de que sea menor de 2 meses, presente fiebre y el moqueo o congestión nasal cause problemas para mamar o respirar”.
¿Cuáles son los síntomas de la congestión nasal?
Por lo general, la molestia de congestión nasal se presenta con mayor frecuencia en niños grandes y adultos, pero es importante que sea controlada a tiempo, ya que el impacto en quien la padece, llega a interrumpir el sueño y provoca fatiga, además puede producir fuertes dolores de cabeza, por la inflamación en los senos nasales y paranasales y la acumulación de moco, existe dificultades para conciliar el sueño, perdida del gusto y en algunos casos hay alteraciones en la audición o dificultad para hablar.
¿Cómo tratarla?
Para la doctora Díaz, el autocuidado, es indispensable para ayudar a controlar este molesto síntoma: “podemos tomar algunas medidas que nos ayuden a aliviarlo, como, por ejemplo: intentar oler y tragar, limpiarse suavemente la nariz y evitar los desencadenantes conocidos de alergias.
En el caso de que la secreción nasal sea acuosa y persistente, especialmente si están acompañadas del estornudando, ojos llorosos o con picazón, estos síntomas pueden estar relacionados con alergias, y un antihistamínico de venta libre puede ayudar, siempre y cuando las personas se aseguren de seguir las instrucciones de las etiquetas con exactitud. Para los bebés o niños pequeños que presenten estos síntomas, se puede usar una jeringa de succión de goma suave, para quitar las secreciones cuidadosamente”.
Otra de las formas de eliminar el exceso de mucosidad es mediante un lavado nasal. El agua de mar, especialmente cuando la concentración en sales es elevada (hiperosmótica), es una forma natural de obtener un efecto descongestivo. Aunque, actualmente en el mercado existen medicamentos especialmente indicados para descongestionar la nariz y actúan contrayendo los vasos sanguíneos situados en el revestimiento interior de la misma.
La especialista advierte que este tipo de medicamentos se deben aplicar en cada fosa nasal, una o dos atomizaciones, cada 12 horas y únicamente por 3 o 5 días, ya que el uso excesivo de atomizadores nasales descongestionantes puede provocar más congestión nasal y desencadenar en una afección inducida por medicamentos denominada rinitis medicamentosa.
¿Cómo se puede prevenir?
En el caso de que la congestión nasal sea producida por un virus que provoque el resfriado o gripe, lo aconsejable es mantener una buena higiene personal y del lugar en el que el paciente se encuentre, lavar las manos con frecuencia, evitar compartir utensilios a la hora de comer y el contacto con personas que tengan enfermedades o infecciones en las vías respiratorias, no fumar o evitar el humo de tabaco, permanecer en ambientes ventilados y evitar los cambios bruscos de temperatura.
Si la congestión nasal se produce por una alergia, es recomendable evitar dichos alérgenos, ya que irritarán las fosas nasales y producirán las molestias mencionadas anteriormente.
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