Entre el baño, los deberes, preparar la comida, etc., no siempre es fácil encontrar la mejor organización para la vida familiar. Sigue estos consejos para optimizar el tiempo al terminar el día.
Organizarse para la semana
Hacer un cronograma quizás parezca demasiado académico, pero es el mejor medio para evitar enredos. Examinar a fondo tu semana también es reparar en los momentos más exigentes y los momentos más tranquilos para tener tiempo de respirar. ¡Una visión global estructura el pensamiento y tranquiliza el espíritu!
Organizar con varios días de antelación también te permite anticipar las compras o las idas y venidas de cada uno (¿Quién recoge al último de la guardería? ¿Quién lleva al pequeño a fútbol? ¿Quién está aquí para cenar?) para lograr así una organización óptima. Pega en el refrigerador un calendario semanal para que todos estén al tanto de los próximos movimientos.
Concederse tiempo para jugar y disfrutar
Incluso si el tiempo escasea, prevé siempre unos minutos para jugar, leer un cuento o estar juntos. Además, el niño no es un adulto, necesita una sensación de seguridad, un momento de calma antes de acostarse con la lectura de un cuento, una oración individual o en familia, para él es un ritual que disfruta. La falta de tiempo puede paliarse con intercambios de mayor calidad con el niño.
Despejar las tareas cuando lleguen
Cuando llegues a casa del trabajo o de la escuela, empieza a trabajar en las tareas imperativas de inmediato para poder relajarte después.
Cuando sea el momento de preparar la comida pide a los pequeños que te ayuden también. A los niños les encanta participar y la cocina puede ser una buena oportunidad para realizar una actividad en común.
Animar al niño a ser independiente
Tendemos a creer que nuestros hijos no son capaces de hacer ciertas cosas por sí mismos, ¡cuando en realidad les encanta! Esta autonomía crea una oportunidad para emplear ese tiempo para hacer otra cosa (ordenar la compra, poner la lavadora, recoger el salón, etc.) para poder encontrar luego un momento de disfrute con el niño.
Anotar todo lo que quedó pendiente
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En vez de llenar tu cabeza con una lista enorme de cosas por hacer, anota todas esas pequeñas cosas que no has tenido tiempo de hacer o lo que tienes que recordar para el día siguiente. A menudo lo más agotador es la sobrecarga mental.
Este hábito sirve también como medio para hacer balance de la jornada o la semana transcurrida y destacar los puntos positivos. Tener una cierta gratitud hacia uno mismo y sentir orgullo por el trabajo realizado lo que nos sirve como factor para nuestro bienestar.
Vía: Aleteia.org