Lo primero que debes saber es que es normal. Los adolescentes se vuelcan en sus amigos y reclaman su independencia alejándose durante un tiempo de sus padres.
Conoce los planes de tu hijo
Pregúntale antes de empezar las fiestas cuáles son sus planes para saber qué es lo que quiere hacer en estos días y proponle actividades navideñas que podáis hacer todos juntos, pero que puedan apetecerle, como ir al cine, ir de concierto, seguro que hay muchas actividades en tu ciudad que puedan atraer a un adolescente. Olvídate de los planes que hacian cuando era más pequeño.
Tiempo para todo
La Nochebuena y Navidad son fechas familiares, por lo que debes recordarle la importancia de estar todos juntos en estos días. Esto no significa que no puedan verse con los amigos, pero fijar una hora de llegada y quedada para que pueda participar de la cena, no solo comer y marcharse.
Involúcralos en la organización
Pídele que te ayude a elegir el menú, comprar o incluso preparar la cena. Si ve que se le tiene en cuenta y que forma parte de la organización, tendrá más ganas de participar en ella.
Compartir en familia
En estas cenas y comidas aprovechamos para ver a miembros de la familia que vemos menos, como abuelos, tíos o primos. Hazle ver a tu hijo la importancia de disfrutar de estos momentos todos juntos, ya que es posible que en unos años los abuelos, por ejemplo, ya no estén presentes.
Diversión
A la hora de sentarse en la mesa, intenta que tu hijo se siente cerca de sus hermanos o primos de su edad para que esté más entretenido y pueda divertirse con ellos. Si no hay más gente joven, procura que los temas de conversación no sean siempre los mismos e involúcrale preguntándole sobre sus aficiones o pidiendo que cuente a los demás algo importante que le haya pasado. Si participa de la conversación y se lo trata como a un adulto pasará mejor y no se pasará el rato solo, aburrido y callado deseando irse.
En definitiva, debes hacer ver a tu hijo que en Navidades hay tiempo para todo, también para estar con los amigos, pero no se debe dejar de lado a la familia. No se trata de obligar y castigar, eso es contraproducente y conseguirá el efecto contrario al deseado, sino de animar y hacer partícipe. Ya no es un niño, no lo sigas tratando como tal.
Hacer familia