Durante los primeros años de tu hijo, los contagios son muy comunes, pero existen maneras de disminuirlos.
Los primeros años de vida, los niños están más expuestos a agentes infecciosos. No obstante, esto sirve para crear así inmunidad. Desde resfriados y diarreas, hasta sarpullidos o conjuntivitis, todo “se pasa” y los centros educativos son sin duda un foco de contagio inevitable. ¿Hay alguna manera de prevenirlo?
Una edad vulnerable
Desde los 6 meses hasta los 4 años, los niños pueden presentar de 6 a 8 episodios infecciosos por año. A partir de los 5 años, estos bajan a 5 o 6, y finalmente durante la adolescencia se presentarán 4 por año aproximadamente.
Una buena alimentación, limpieza y lactancia son fundamentales para un sistema inmunológico fuerte. Mientras un niño crezca adecuadamente, gane peso de forma óptima y se desarrolle según su edad, no debe existir preocupación, ya que la gran mayoría supera esta etapa sin complicaciones.
En la actualidad, no existe ningún medicamento, jarabe o vitamina en el mercado que disminuya estos episodios infecciosos. Al contrario de lo que muchos piensan, el aire acondicionado, la lluvia o estar descalzo, no son causas de contraer este tipo de enfermedades, pero sí existen formas de prevenirlas.
¿Cómo se contagian los niños?
- La tos o estornudo, esparcen al aire partículas de gérmenes que, al ser aspirados por otra persona, causan las gripes o influenza.
- El contacto a través de objetos, como chapas de la puerta, mesas, anaqueles, cubiertos infectados, son focos de contagio.
- En el caso del Herpes se contagia por exposición a la orina o saliva.
- El contacto de persona a persona puede transmitir infecciones de piel, hongos y piojos.
Medidas para disminuir contagios:
- Vacunación, tanto alumnos, como el personal que trabaja con niños y profesores deben estar al día con sus vacunas para evitar enfermedades potencialmente peligrosas.
- Las instituciones deben tener instalaciones adecuadas para los niños, donde lavarse las manos sea establecido como rutina. Es preferible usar toallas de papel descartable.
- Lavarse las manos con agua y jabón al llegar al centro, antes de preparar la comida y después de: cambiar pañales, utilizar el baño, sonarse la nariz, toser, cuidar de una persona enferma, tocar animales, manipular basureros, ayudar a un niño a limpiar su nariz o boca, curar una cortada o golpe.
- Taparse la boca y nariz con el brazo y no con la mano al toser y estornudar.
- Lavar a menudo los juguetes, utensilios, platos, vasos con agua caliente y jabón.
- Limpiar los artefactos de aire acondicionado frecuentemente y ventilar las habitaciones y áreas de juego diariamente.
- Asegurarse que los controles de temperatura de las refrigeradores y congeladores funcionen correctamente.
Evitar áreas de mosquitos y usar repelente que no contenga DEET (N,N-Dietil-meta-toluamida), puede ser tóxico para los niños.
¿Cuándo se puede regresar?
Los centros educativos deben comunicar a los padres cualquier tipo de brote contagioso, como piojos, varicela o influenza. En el caso de presentar síntomas respiratorios como tos, goteo nasal o dolor de garganta, es aconsejable no asistir. Del mismo modo si presenta un sarpullido que se extiende rápidamente, ampollas en el cuerpo o boca, vómito por más de dos ocasiones, diarrea persistente, fiebre mayor a 38 grados, irritabilidad, dolor abdominal que continúe más de 2 horas, afecciones en la piel como hongos o en el cuero cabelludo como piojos.
Puede regresar a la institución 24 horas después de que la fiebre haya desaparecido (sin el uso de medicamentos para bajar la fiebre). Pero siempre ante estos síntomas, es importante consultar a un médico.
Por Dra. Carolina Salvador
Pediatra
@pediatricsuio