La situación habitacional de muchas familias actualmente ya no es la de antes en donde los adultos mayores eran cercanos a sus nietos y centro y motor del hogar.
¿Quién no recuerda haber vivido con sus abuelos? O que pasaban mucho tiempo en sus casas cuando eran chicos, donde ellos los engreían, les daban sus comidas favoritas y escuchaban una y otra vez sus historias. Podemos percatarnos que las diferencias que existen hoy en día sobre los roles de los abuelos con respecto al desarrollo de los niños ha cambiado. Donde los abuelos ya no tienen este rol central dentro del hogar, ni conviven tanto con sus nietos como en otros tiempos. Pero qué sucede ahora cuando por algún motivo los abuelos –ya mayores– tienen que volver a casa de sus hijos. Esto fácilmente puede convertirse en una situación que resulte incómoda para ambas partes, por lo que es importante siempre recordar que ellos deberían tener un rol especial en la familia.
Si bien el adulto mayor no ha sido tratado con respeto en la actualidad, sigue siendo una figura que marca una diferencia excepcional. Para esto debemos empezar a cambiar la forma en la que vemos al adulto mayor y aprovechar lo que esta comunidad puede ofrecer desde sus experiencias de vida. Aunque suene difícil si te encuentras ante la situación en la que como hijo o como nieto tienes que convivir con tus abuelos, no busques el lado negativo sino ¡aprovéchalo!
Actualmente existen iniciativas que han buscado romper con los estereotipos de la imagen del adulto mayor como una persona que se aleja o se encierra y que “no entiende a la juventud”. En Londres se inició el proyecto Homeshare, que busca dar solución a la crisis habitacional juntando jóvenes con adultos mayores que comparten una casa de forma que puedan permitirse pagar un lugar más cerca de la ciudad por un valor asequible. Así mismo en el centro de adultos mayores Providence Mount St. Vincent, en Seattle, se instaló una guardería para combatir el aislamiento al que normalmente estos están expuestos. De esta forma se acortan las brechas generacionales de las que todos hemos sido cómplices, creando espacios que fomentan una visión positiva del adulto mayor y de cómo nos vemos el uno al otro.
Que los padres vivan en casa de sus hijos puede ser complicado, pero debemos recordar que en estos casos lo más importante es mantener una buena comunicación para que todos puedan sacar provecho de la situación. Otra clave para esto es el respeto, la importancia del amor de los abuelos en la vida de los nietos es algo que puede ser significar un cambio relevante en cómo ese niño o ese joven se enfrentarán a las personas en su vida adulta.
Esto no debe ser un espacio para confrontaciones de quién tiene más razón que otro o de intentar controlar. Ni se debe afrontar esta situación como una pérdida de poder dentro del hogar o de la independencia. Siempre hay que intentar que cada uno tenga los roles claros de esta forma cada parte tiene potestad en la toma de decisiones sobre ciertos aspectos. Se debe trabajar en la paciencia, en especial si el adulto mayor está enfermo, para lo que pueden ponerse de acuerdo entre la familia para poder atender sus necesidades sin hacerlo sentir como si fuera una carga.
Así mismo podemos encontrar varias ventajas tanto para los chicos como para las personas de la tercera edad cuando se encuentran en este tipo de convivencias. Siempre los nietos serán los más beneficiados de tener a sus abuelos cerca, este es un tiempo invaluable.
Ambos pueden favorecerse respecto al fortalecimiento del autoestima. Los chicos pueden sentirse agradecidos de contar con alguien en casa que los apoye la mayor parte del tiempo y hasta llegar a mejorar su rendimiento académico. Es también una oportunidad para contar historias, donde el adulto se siente escuchado y el joven aprenda de sus orígenes. Además se desarrollan cualidades como la flexibilidad, la apertura y la empatía, no solo ante los adultos mayores sino también hacia las personas con discapacidad. Y en ambos casos se mejoran las habilidades de sociabilización.
En la convivencia en el hogar ser abuelo, hijo o nieto va a implicar un esfuerzo, lo importante es tener en cuenta que las personas mayores no son una carga, ni son los cascarrabias que la tele pinta. Son una fuente de conocimiento y pueden enseñarte lecciones importantes y un desahogo al momento de enfrentar momentos abrumadores dentro de la paternidad. Eso sí, no esperes que sigan las reglas todo el tiempo, después de todo son “los abuelos” y por naturaleza querrán darse el lujo de engreír un poco más a sus nietos, ya que ahora no es de ellos el trabajo de “ser padres” sino brindar risas, consejos y apoyo incondicional.
Por: Carol Arosemena Lcda. en Comunicación y Literatura Mg. en Comunicación y Educación