Existe la creencia de que un recién nacido no se entera en absoluto de lo que ocurre a su alrededor. Sin embargo esto se trata de otro de los muchos mitos urbanos que existen alrededor del mundo del neonato.
Gracias a la ciencia, se ha podido confirmar que, tras el alumbramiento, un recién nacido ya cuenta con el potencial necesario para captar estímulos en su entorno. Si bien es cierto que el organismo del bebé se encuentra en una etapa de inmadurez, en la cual aún le falta mucho por desarrollar, sus sentidos ya están activos y comienzan a presentar una serie de reflejos primarios.
1. El rostro de su madre
Aunque su vista no sea del todo nítida aún, un recién nacido puede identificar los contrastes que perfilan el rostro de su madre.
Dado que la madre es quien pasa mayor cantidad de tiempo con el bebé, es el rostro que mejor percibe. Sin embargo el bebé puede percibir también los rostros de las personas que convivan estrechamente con él.
Un recién nacido desarrolla un patrón para poder identificar diferentes rostros.
Al igual que otros aspectos, los especialistas aseguran que el desarrollo de este patrón de identificación va asociado al instinto de supervivencia. En otras palabras, el patrón le permite al bebé identificar o reconocer a quienes le ayudarán a sobrevivir.
2. Olores
Desde el vientre materno el feto ya ha tenido sus primeras experiencias olfativas. Esta es la razón por la cual, este sentido se desarrolla rápidamente en un recién nacido. La captación de ciertos olores va relacionada a la supervivencia.
¿Por que el olfato también contribuye a la supervivencia? porque le permite al bebé identificar a su madre, fuente de alimento y protección. Entonces el olor de la madre será algo que el bebé asocie con bienestar y seguridad.
3. Voces
Si bien es cierto que el bebé aún no identifica qué es lo que se está diciendo, sí es capaz de captar voces y diferenciarlas. A través de:
- El tono.
- La entonación.
- Y cómo el sonido se produce en el entorno.
Se cree que ya desde el primer trimestre de gestación, el feto comienza a adaptar su oído y su cerebro al idioma de la madre. Por lo tanto, la captación de voces inicia el desarrollo del lenguaje en el bebé una vez que abandona el vientre materno.
4. Sonidos blancos
Dado que los sonidos blancos tienen un efecto relajante, un bebé puede recordar algunos de estos sencillamente porque están asociados al placer. Los sonidos blancos generan ondas sonoras constantes, apenas presentan variaciones. Un ejemplo de sonido blanco es el sonido de la lluvia.
5. Formas, luces y sombras
Aunque la visión del recién nacido es algo difusa, poco a poco, sus ojos comienzan a centrarse en elementos claves que le permiten distinguir ciertas formas. En consecuencia puede sentir gran interés por:
- Franjas y líneas.
- Efectos claroscuros.
- Trazados en cuadros.
- Esquemas en la escala de grises.
6. Movimientos
Por otra parte un recién nacido es capaz de percibir el movimiento a su alrededor. ¿Cómo? Pues de una forma muy sencilla. Ya que los bebés sienten cuándo están acompañados y cuándo no, a partir de ello, se hacen idea de qué se mueve y qué no.
Los móviles decorativos que se suelen colocar sobre la cuna de los bebés (a una distancia de al menos de 35 – 40 cm respecto a donde se acuesta al bebé) son elementos capaces de ayudar a desarrollar la percepción de movimiento de una forma muy sutil.
También te podría interesar: ‘Mensaje del Papa Francisco por el Día del Niño por Nacer’ |
7. Objetos
Un bebé recién nacido depende de sus primeros reflejos. Estos no son más que una serie de mecanismos que permiten establecer contacto con el mundo y acumular experiencias.
Todos ellos están relacionados con la primera necesidad del neonato: la alimentación. Por ello los bebés tienden a llevarse las cosas a la boca como forma de reconocer los objetos.
Vía Eres mamá