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Tratar de moderar nuestras sensaciones siempre es un buen recurso, pero ¿qué tal si le damos un tono positivo a la jornada tanto si estamos exultantes como si la vida se nos hace cuesta arriba?

La percepción de nuestros días es variable. Unas veces nos parece que nos hemos levantado, como dicen, con el pie izquierdo y todo va a salir mal porque la primera cosa que hemos hecho ha resultado un desastre. Otras veces creemos que la vida nos sonríe y quizá esa idea nos viene de anoche porque nuestro equipo favorito ganó por goleada al contrincante.

Levántate en cuanto suene el despertador

Vence la pereza desde el primer combate de la mañana y tendrás todo un día de “orgullo”.

Deja la cama bien hecha

Sí. La cama. Saca las sábanas y ventila, mete bien los cuatro puntos de ajuste de la sábana, coloca bien la manta. Para algunos quizás eso ya suponga una batalla épica, así que cuando alguien observa que acaba de hacerse la cama bien, crece en autoestima.

Deja el baño recogido

Que esté limpios después de que tú hayas pasado. Que nadie de tu familia deba hacer de escoba. Un detalle: pon bien las toallas como si fuera a venir un invitado.

¿A qué persona estoy desatendiendo últimamente? 

Envíale un mensaje de buenos días. Así rompes la cadena de desatención. Ya otro día encontrarás el “momento perfecto” para hablar mucho.

Da las gracias a los “anónimos”

Al que espera a que subas al ascensor, al que te entrega un folleto publicitario en la calle, al conductor del autobús, al que reparte la compra del supermercado, etc.

Pon orden en tu bolso o mochila

Tira a la basura lo que ya no sirve y deja en casa lo que está mareado de tanto viaje innecesario.

Llama a quien más quieres

No hace falta ningún motivo para llamar a alguien y decirle que la quieres. Quizá un día quieras hacerlo y no puedas.

Lava la taza de café

No acumules nada en el fregadero ni lo dejes para quien vaya a lavar los platos a la hora de la comida.

Prepara en el bolsillo un pequeño donativo

Dáselo a la primera persona pobre que encuentres y dedícale una mirada de compañía. Puede que sea la única que reciba en todo el día.

Reza

Por la noche, pregúntate a quién deberías agradecer todo lo bueno que te ha ocurrido en el día.Y dedícale unas palabras, una sonrisa, unas letras, un guiño, un pensamiento de corazón.

Vía: Aleteia

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