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Te invitamos a leer y compartir con tus hijos este bello cuento: «un email al cielo», escrito por el Arq. Carlos Eduardo Castro Molestina.

Un email al cielo:

Esta es la historia de Carlitos, un niño de nueve años a quien le gustaba mucho dibujar, había nacido prácticamente con esta habilidad.

Su padres, Ángela y Carlos, amaban el arte y lo apoyaban en esta actividad, pero en especial su querido abuelo Pepe, quien también dibujaba y pintaba muy bien. Juntos asistían a las clases de dibujo que tenía luego de terminar el colegio.

Un buen día, mientras regresaban a casa, notó al abuelo un poco cansado y con una tos muy fuerte que comunicó de inmediato a sus padres.

Enseguida lo llevaron al médico, quien le recomendó reposo para que se pueda recuperar y seguir llevándolo a sus clases de dibujo y pintura.

Pasaban los días y Carlitos notaba que aquella tos tan fea se hacía más fuerte y continuaba con la fiebre muy alta, esto impedía que el abuelo lo siguiera llevando a las clases de dibujo.

Un día, al regresar del colegio, observó que todos estaban muy tristes y vestidos de negro en la casa, entró al dormitorio de su abuelo y se dio cuenta que no estaba, se había ido al cielo.

Desde ese día no quiso volver a dibujar, solo dedicarse al colegio y seguir jugando, aunque sin su querido abuelo.

 

 

Usar el internet por amor

En la escuela, antes de entrar a computación, su amiguito Miguel le comentó sobre un concurso de dibujo donde había que pintar las casas antiguas de su ciudad, ignoró estas palabras y asistió normalmente a la clase.

Allí se llevó una sorpresa, la profesora les explicó sobre el internet y la posibilidad de comunicarse con otras personas, en cualquier lugar, momento y hora. Tanto fue su interés que solicitó acceso a una cuenta personal y entrar en contacto con todos sus amigos.

Regresó muy contento a casa por este descubrimiento, le consultó si el abuelito Pepe había tenido una cuenta de correo electrónico, Carlitos había decidido enviar un email al cielo.

Así, comenzó la aventura de ponerse en contacto con su abuelo, abrió su cuenta carlitos@unemailalcielo.com e inició la primera sesión, realizó muchos intentos, todos sin éxito.

Después de quince días, recibió un mail del abuelo, con palabras llenas de cariño y pidiéndole que nunca dejara de dibujar, ya que esta dedicación lo iba a convertir en un gran pintor.

Se despidió diciéndole que, en la casa, en un cofre mágico estaban unos lápices y pinceles, que los busque porque le traerían una gran alegría.

El cofre mágico

Al terminar de leer el correo se escuchó una puerta que se cerró fuertemente en el dormitorio de Carlitos, lo que lo hizo despertar de un sueño maravilloso, donde había leído la respuesta de un email del cielo que le había contestado su abuelito.

Al despertar, sus padres le entregaron el cofre mágico con una carta, para su sorpresa, el contenido decía las mismas palabras del sueño, donde Pepe le pedía que siga dibujando.

En ese momento se acordó del concurso de dibujo que había ignorado, corrió hacia el colegio para inscribirse y comenzar a dibujar fuertemente con los pinceles de su abuelo.

Llegó el gran día del concurso, junto a sus padres y amigos fueron muy elegantemente vestidos, entregaron la obra y esperaron por los resultados finales.

Hubo muchas obras hermosas, de niños muy talentosos de todas las partes del país, hasta que llegó el momento que los jueces nombraran al ganador, que resultó ser Carlitos con su cuadro Un email al cielo.

El cuadro gustó mucho y sobre todo la relación que el niño mostró por querer estar en contacto con su querido abuelo.

Así; esta historia finaliza, Carlos dibujó por el resto de su vida, se convirtió en maestro y dibujante que enseña a los nuevos niños todos los secretos de dibujo que un día aprendió de su querido abuelo Pepe.

 

 

Escrito por: Arq. Carlos Castro Molestina.

 

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