Una iniciativa social para recuperar los vínculos familiares entre
privados de la libertad y sus hijos.
Escuchar cuentos al anochecer llenos de magia y diversión es lo que todo niño anhela antes de ir a la cama, pero ¿qué sucede cuando papá no está en casa para que comparta una historia? Esta es la realidad de varios pequeños en hogares de Guayaquil, sus padres permanecen reclusos desde hace varios años en centros privados de libertad de la ciudad.
Con el deseo de fortalecer los vínculos afectivos en estos hogares, nació un proyecto social denominado Cuentos de Libertad, que busca entregar una forma de comunicación entre las Personas Privadas de Libertad (PPL) del Centro de Privación de Libertad Zonal 8, y sus familias. “Vimos la necesidad de trabajar con las PPL debido a la ruptura que existe entre los reclusos y sus familiares; por eso, quisimos volver a unir los lazos afectivos entre un hijo y su padre a través de un cuento”, comenta Ana María Calero, directora general de la agencia Publicitas Saatchi&Saatchi quien lidera el proyecto.
Esta iniciativa, que se desarrolló con el apoyo de empresas privadas y del Ministerio de Justicia, se creó para dar voz a los internos, conocer sus sentimientos y eliminar tabúes que la sociedad ha creado sobre ellos. “Son hombres llenos de esperanza que quieren salir pronto para volver a estar con sus seres queridos”, nos cuenta Ana María.
Seleccionaron a nueve PPL mediante un análisis de actitudes, aptitudes y terapias que necesitaban dentro del proceso de reclusión. Entusiasmados por el proyecto aceptaron el reto de escribirle cuentos a sus hijos, porque de esa forma los sentirían más cerca a ellos.
Los reclusos recibieron técnicas narrativas -durante dos meses- por Miguel Antonio Chávez, escritor ecuatoriano que lideró el proceso de redacción. “El gato casanova”, “Corriendo en libertad”, “Esperanza en el jardín”, fueron algunas de las historias que surgieron en los talleres, que se ilustraron e imprimieron. “Para nosotros era una mezcla de sentimientos y emociones estar presente dentro de la sala y verlos escribir pensando en sus hijos”, confiesa Ana María, quien estuvo al frente de esta iniciativa.
A su vez contaron con el apoyo del centro de privación y su estudio para grabar los cuentos, que fueron locutados por los mismos internos, para luego compartirlo con sus hijos y transmitirlos en diferentes emisoras del país.
Pero Cuentos de Libertad no solo quedó plasmado en talleres; la fascinación por seguir escribiendo se hizo presente en más presidiarios. Uno de ellos, al finalizar su reclusión en diciembre, escribirá un libro sobre sus vivencias dentro del centro de privación.
Este proyecto ha permitido que la esperanza y la fe se apoderen de los internos de esta prisión, no solo para creer en ellos mismos, sino para hacer posible el sueño de poder compartir por las noches con sus hijos.
Escucha la narración de los cuentos en Spotify. Haz clic aquí.
DOCUMENTAL Urbana Films, productora de contenidos audiovisuales, documentó el desarrollo del proyecto recogiendo testimonios, confesiones y emociones que los internos y sus familias compartían. El proceso de redacción, la alegría de los niños al visitar a sus papás y la esperanza de ellos de que algún día recuperarán su libertad, son algunas de las escenas que presenta esta producción. Este contenido estará disponible en las redes sociales de Urbana Films.
Por: Solange Córdova
Estudiante de Comunicación