¿Qué significa ser padres en la actualidad? ¿Estamos demostrándoles a nuestros hijos que los amamos? Ser padres de familia es un pilar fundamental de la sociedad, pero actualmente parece algo casi indescifrable.
Parece cada vez más difícil aprender a vivir el amor hacia los hijos. Sobre esto mencionaremos puntos muy concretos y prácticos por los que se te pueda hacer tan difícil vivir este amor. En primer lugar, nos olvidamos a veces qué significa ser personas. Y en donde nos enfrentamos con que cada día es más difícil asumir el rol de padres. Ya sea esto por el miedo exorbitante al fracaso o la dificultad sobredimensionada para poner límites a los hijos.
Pero, ¿qué tiene que ver el significado de “persona” con ser padres? “Persona” significa que somos creados para el encuentro, para el amor. Lo que tiene como exigencia fundamental la comunicación. Como padre cada uno debe preguntarse: ¿Cuánto tiempo converso a la semana con mi hijo? ¿Cuándo fue la última vez que le pregunte cómo está? Sus intereses, alegrías, dificultades o problemas. O sobre el colegio, los amigos, el deporte, las tareas, sus exámenes, etc… Es comprensible, por ejemplo, que a sus 15 años no quiera escuchar o hacer caso a los padres, si es que la relación de comunicación no es algo que se ha cultivado desde pequeño.
Las prioridades dentro de la labor de ser padres
Nuestros hijos son una responsabilidad prioritaria. Antes que el necesario trabajo o la importante relación con los viejos amigos. Si dedicamos tanto tiempo al trabajo, ¿cómo no dedicarlo a nuestros hijos? No esperemos que algo grave o problemático suceda para recién tomarse en serio esta relación. Un padre es alguien que se compromete, se involucra, se sacrifica. Este entrega, sirve y renuncia a sí mismo en muchas ocasiones por sus hijos. Les muestra con actos concretos que él es su principal preocupación. Le da de su tiempo, le muestra su cariño y le habla, en lugar de tratar de comprarlo con juguetes.
Todas estas virtudes y actitudes son raras hoy en día. Muchos ya no saben cómo vivirlas. Más bien, se ve cada vez con mayor frecuencia egoísmo, mediocridad, mezquindad y una aproximación muy consumista y materialista. Aquí, se entiende la educación y crianza de los hijos como un sacrificio demasiado exigente y radical como para poder asumirlo con generosidad.
Tomando el control de la relación con tus hijos
Educar a los hijos no es fácil. Nos cuesta enormemente tomar decisiones, hacer “cambios de timón”, exigir a los hijos respeto, obediencia, sacrificio, renuncia y austeridad. Todas estas cosas son necesarias. Vivirlas no lleva al fracaso la educación y el amor que les tenemos. Al contrario, son exigencias que los orientan y educan para asumir con madurez sus vidas.
Un amigo me dijo alguna vez: Obviamente a los hijos no les gusta que se les exija o que se les corrija. Pero –decía él– pasan “5 minutos” y ya. Luego nos siguen amando como hijos.
Establecer límites y responsabilidades
Educar en el amor y responsabilidad exige ponerles límites. Un niño que no experimenta los límites que deben recibir de sus padres, enfrentará problemas al asumir por sí mismo las riendas de la vida. Esto implica que querrá vivir de acuerdo a sus caprichos, cuando lo que la vida nos exige no funciona así. La realidad conlleva responsabilidad. Como se suele decir: “la realidad se impone”. Todos sabemos que eventualmente la realidad siempre impone límites. La educación permisiva y demasiado liberal hará que los hijos no tengan la experiencia y terminen por “chocarse contra la pared.” Esto será mucho más doloroso si es que los padres no les enseñaron en su debido momento a afrontar este tipo de situaciones.
Por esto por más que parezca difícil es un trabajo que se hace con constancia y apoyado en el amor hacia los hijos, pensando en su bienestar siempre.
Por: Pablo Augusto Perazzo
Magíster en Educación