Padres y tutores en esta ocasión les compartimos 5 recomendaciones para cuidar la alimentación de los niños en vacaciones.
En época de vacaciones los niños desempeñan un sinnúmero de actividades deportivas y de entretenimiento al aire libre. Esto, si no se toman las debidas precauciones, puede generar desgaste de energía y deshidratación, por lo que resulta fundamental prevenir ambos problemas, de la mano de una óptima alimentación.
Durante esta temporada, la alimentación debería contener más proteína para aprovechar la actividad física y potenciar todos los beneficios que el ejercicio aporta a los chicos en su desarrollo. Asimismo, se debe aumentar la ingesta de líquidos, considerando que seguramente incrementará su sudoración.
Consejos para una buena alimentación en vacaciones
Para garantizar una correcta alimentación y nutrición ante la llegada de las vacaciones escolares en la región Sierra, presentamos a continuación 5 recomendaciones a considerar:
Suministrar 5 comidas al día
Al igual que en época de clases, los niños deben consumir 5 comidas al día: 3 principales y 2 refrigerios. Esto es clave porque la niñez es una época de constante desarrollo, por lo que los padres deben asegurar la provisión adecuada de energía y nutrientes, especialmente en lo que respecta a proteínas, grasas, hidratos de carbono y calcio.
Considerando la exposición y contacto con agentes externos en las semanas de vacaciones, los menores podrían ser más propensos a enfermarse, por lo que una alimentación variada, balanceada, equilibrada e inocua asegurará la salud inmunológica, no solo de un niño, sino de la familia completa.
Incluir todos los grupos alimenticios en su dieta
Es indispensable que el niño reciba todos los grupos de alimentos en sus comidas. Esto incluye:
a. Cereales, de preferencia integrales, como la avena, arroz, y pan integral, para evitar estreñimiento y asegurar un adecuado aporte de energía.
b. Lácteos, ofreciéndole al menos 2 vasos de Vita leche, que garantizará al menos la mitad de los requerimientos de calcio que un niño necesita al día. Además de la leche, consumir otros productos como yogur o queso, aportará proteínas de alto valor biológico, facilitando la restauración y regeneración muscular.
c. Frutas, que pueden ser enteras o preparadas en batidos con leche, pues proporcionan
fibra, agua y vitaminas para asegurar que el requerimiento de micronutrientes se
cumpla, y en conjunto con los cereales, prevengan problemas digestivos.
d. Carnes, huevos y queso, que son grandes aliados para la ingesta de proteína y
algunas vitaminas del complejo B.
e. Leguminosas, cuya mayor contribución son el aporte de fibra, y en algunos casos,
son una importante fuente de hierro.
f. Grasas, que son indispensables para varias funciones corporales, siempre y cuando se elijan grasas que contribuyan al desarrollo. Algunas alternativas para este fin son leche entera, frutos secos, aguacate, entre otros.
g. Azúcares obtenidos de alimentos nutritivos como son las frutas.
Evitar la comida chatarra
Lo idóneo es limitar al máximo la ingesta de comidas altas en harinas, en azúcar de mesa, grasas vegetales y trans, así como bebidas gaseosas y alimentos enfundados. La razón por la que no se recomienda incluir este tipo de productos en las dietas de los niños es porque su consumo podría ocasionar un aumento excesivo de peso, obesidad y enfermedades metabólicas que impedirán su desarrollo y crecimiento óptimo.
Procurar que la alimentación sea de casa
Es recomendable que la alimentación de los niños, y en general de toda la familia, sea en sus hogares. Eso asegura una dieta adecuada e inocua, y permite a los padres corregir
inadecuados hábitos alimenticios.
La higiene alimentaria fuera de casa es más difícil de controlar, por lo que, en la medida de las posibilidades, es preferible que los chicos consuman sus comidas dentro de casa, o lo que sus padres hayan incluido en sus loncheras cuando asisten a cursos vacacionales, por ejemplo.
Involucrar a los niños en la selección y preparación de los alimentos
Si los niños sienten que son parte de la elección de sus comidas, es más probable que las ingieran con gusto. Para hacerlo, se les puede invitar a los supermercados (o cualquier lugar donde realicen las compras), y enseñarles a elegir productos nutritivos al momento de adquirirlos. Ya en casa, una excelente opción es presentarles los alimentos en formas originales y divertidas, y permitirle a los chicos hacer su propio emplatado.
Fuente: Dra. Ana Altamirano, nutricionista de Vita Alimentos.
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