El culto a la apariencia física o trastorno de la dismorfia corporal ha crecido potencialmente. Conoce qué lo produce y sus consecuencias.
El Trastorno de dismorfia corporal (TDC), también conocido coloquialmente como «Trastorno de la Fealdad Imaginaria», provoca que a la persona no le guste lo que ve frente al espejo.
Según datos del Gobierno de México la dismorfia corporal es «una enfermedad psiquiátrica que se manifiesta como una preocupación excesiva en la apariencia, derivada de una distorsión de la imagen corporal, generando sufrimiento en el individuo, que impide que se pueda desenvolverse en el ámbito social, laboral y personal».
Es decir, la persona ve en sí misma uno o varios defectos, ya sean reales o ficticios, a nivel físico.
Esta enfermedad puede aparecer en hombres o mujeres, debido a los altos estándares de belleza que se han impuesto. También ingluyen la gran cantidad de productos de skincare, cirugías estéticas, rutinas de ejercicio, entre muchos otros productos o tendencias que hacen que esta patología se potencie.
El trastorno que desata otros trastornos
Este trastorno, que genera una distorsión de la imagen corporal, puede provocar que aparezcan trastornos de conducta alimentaria -como bulimia o anorexia- o vigorexia y ortorexia.
Un análisis de la revista médica Medwave, realizado por Elías Arab López, determinó lo siguiente:
En general, existe una preocupación excesiva por la apariencia física, y aquellos que padecen la patología se consideran feos o deformes”.
Añadió también que la dismorfia corporal ocasionalmente suele darse en áreas más visibles. Sin embargo, existen pacientes que focalizan su dismorfia en otras áreas del cuerpo no tan comunes.
En el caso de las mujeres, las áreas más comunes son: labios, piel -derribando temas como arrugas, acné, luminosidad, elasticidad y suavidad-, senos, abdomen y muslos.
Los hombres que llegan a un consultorio a causa de una dismorfia suelen tener un complejo con el cabello, los músculos e incluso los genitales.
Este trastorno provoca la exclusión social de quien lo padece porque evita ir a lugares concurridos para que no vean sus «defectos» o como ellos mismos lo dirían: «su fealdad» o deformidad.
Factores que influyen en este trastorno
Cabe destacar que este trastorno puede presentarse desde la adolescencia, momento en el que empiezan los cambios en el cuerpos a causa de su desarrollo.
Por otro lado, impactan mucho las redes sociales, Reality Shows, la industria de la moda y la opinión de influencers; así como la apariencia de modelos y famosos que incide en los pensamientos y gustos de la persona.
Esta tendencia obsesionada, por imitar el comportamiento, rutinas o manera de vestir, de peinarse y de mantener un ideal del «cuerpo perfecto», son una causante clave del TDC como consecuencia de la constante comparación.
Analízate
Te compartimos un breve cuestionario que puede ayudarte a analizar mejor tu comportamiento, haciéndote más consciente de ti mismo. Aclaramos que este no es un diagnóstico médico, ni psicológico; únicamente te ayudará a reconocer algunos signos del TDC.
1.¿Cuándo te ves al espejo te sientes inconforme con tu estructura corporal?
2.¿Sueles pensar constantemente en un defecto (o defectos) tuyo, buscándote una solución inmediata y a toda costa?
3.¿Evitas ir a reuniones sociales debido a la vergüenza, ansiedad o malestar que te causa el cómo te ves?
4.¿Te revisas constantemente en el espejo para ver si tu defecto se nota mucho?
5.¿Te aseas varias veces al día o estás aplicando constantemente algún remedio o producto para disminuir tu defecto?
Te invitamos a consultar a un especialista de la salud mental si estas preguntas te hacen pensar que puedes estar padeciendo esta patología.
Fuente: Karen Hutch, vía Aleteia.
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