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Un periodo de sequía sexual puede ser preocupante, pero estos consejos podrían ayudarte.

La cultura popular y su exagerado y nada realista énfasis sobre el sexo no fomenta ni apoya los matrimonios largos y sanos. Esas expectativas pueden convertirse incluso en paranoia si tu cónyuge y tú están pasando por un periodo de sequía en su intimidad sexual.

Lo primero que necesitas saber es que las sequías de sexo en el matrimonio son algo normal. Raro es el matrimonio que no las experimenta por un motivo u otro este tipo de periodos, que no significan necesariamente que algo vaya mal o que la relación esté en peligro.

Un “periodo” de sequía puede implicar diferentes márgenes de tiempo dependiendo de la pareja. Algunos cónyuges podrían levantar la ceja después de dos semanas de “silencio”, mientras que otras parejas quizás hayan estado cohibidas en el dormitorio durante meses y ahora les da vergüenza hablar de ello. O quizás sí han hablado del tema, pero la química no parece encontrar un buen catalizador o la comunicación no ha sido productiva, así que surge preocupación por el futuro de la relación.

Todas son inquietudes válidas; el sexo es una parte integral de cualquier matrimonio y no debería subestimarse. Sin embargo, también es importante poner las cosas siempre en perspectiva.

Tu cónyuge y tú son seres humanos emocionales con vidas complicadas, tienen derecho a pasar por altibajos. Una sequía sexual no significa que el matrimonio esté en las últimas. De hecho, después de trabajar para superar este problema, tu matrimonio quizás salga más fortalecido.

Aquí tienes unos consejos para convertir tu sequía física en un oasis, espiritual, emocional y psicológicamente. Hemos acudido a Monte Drenner, consejero titulado y coach de Orlando (Florida) que asesora habitualmente a parejas sobre problemas sexuales.

No uses el sexo como herramienta o arma

Aunque el consentimiento es siempre necesario en los encuentros sexuales —incluyendo entre esposo y esposa—, el sexo nunca debería usarse como arma. Por desgracia, lo vemos mucho en las comedias de televisión: “O haces eso o esta noche te quedas sin…”. A menudo se dice como coqueteo, sin maldad, pero puede ser una actitud problemática en la vida real.

Devuelve el foco al matrimonio

Este tipo de estancamiento emocional y físico puede suceder también si alguno de los esposos pone demasiada atención en otros aspectos de la vida: en el trabajo, en el cuidado de los niños… Algo que puede llevar a recortar el tiempo dedicado a la relación de marido y esposa.

“Cosas como las obligaciones laborales y familiares a menudo pueden tener un impacto sobre la vida sexual de la pareja y lo tendrán si, de hecho, tienen prioridad por encima del matrimonio”, afirma Drenner.

Construye gradualmente tu intimidad

Nicole Prause, neurocientífica y psicóloga titulada, investiga el funcionamiento cerebral involucrado en el apetito sexual y explica que, a veces en el ámbito de la psiquiatría, se sugiere a las parejas abstenerse del sexo para reconstruir la relación empleando en su lugar ejercicios de enfoque en la sensación (“sensate focus”).

“Los ejercicios de enfoque en la sensación se usan para ayudar con diversos problemas sexuales”, explica Prause. “La primera regla es descartar el sexo y, en su lugar, realizar medidos tocamientos con la pareja”. De modo que, si ya estás pasando por un periodo de abstinencia, quizás merezca la pena probar estos ejercicios.

Busca una nueva perspectiva

La oportunidad de empezar de nuevo no debería pasarse por alto. Aunque el sexo es una parte importante del sacramento del matrimonio que debería tomarse en serio, esa intimidad también debería disfrutarse. Independientemente del tiempo que lleven casados, pueden disfrutar de los mismos juegos que al principio de la relación… Solo tienes que poner un poco de esfuerzo.

Recuerda que tu matrimonio es único 

Mientras que nuestra cultura puede poner demasiado énfasis en el sexo, Denner señala que es importante que las parejas se recuerden a sí mismas que no tienen que seguir el cauce de la sociedad. Necesitan evaluar aquello que les hace sentirse felices y satisfechos.

Como con la mayoría de cosas en el matrimonio, tú y tu cónyuge deben hablar el uno con el otro y trabajar para superar los desafíos, ya sean físicos, emocionales o una combinación de ambos.

Conviértelo en un ejercicio espiritual

“De forma muy parecida a ayunar o renunciar a algo en Cuaresma, abstenerse del sexo puede conducir a un crecimiento espiritual si las dos partes están centradas en ese objetivo”, afirma. “Cuanto más crezca espiritualmente cada miembro de la pareja, más fuerte será el matrimonio a largo plazo”.

Así que, si notas que la actividad en el dormitorio mengua de forma natural, quizás sea un buen momento para hablar con la pareja sobre absteneros conscientemente para crecer en diferentes áreas. Si ambos están de acuerdo, Denner sugiere que quizás se vvean recompensados en otros ámbitos del matrimonio: “Sacrificar el sexo durante un breve periodo de tiempo es un ejemplo magnífico de renunciar a algo para conseguir algo mejor”.

Sin embargo, Denner insiste en lo fundamental que es la comunicación y que la abstinencia sea una decisión mutua. “La sequía, no obstante, puede convertirse en un problema si la duración de la sequía no se ha decidido mutuamente”.

Vía Ateleia

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