Para una pareja que funciona, después del parón tiene que ser un momento para ver qué cosas de la rutina nos favorecen y cuáles no.
Llega el principio del curso y parece que todo vuelve a la “normalidad”. Bueno, a la “normalidad” que podamos en este año tan raro que nos ha tocado vivir. Los expertos en relación de pareja dicen que a la vuelta del verano es un momento clave del año.
Muchas parejas han vivido momentos intensos durante las vacaciones estivales después de un año lleno de tensiones y al volver a la normalidad parece que vuelven a revivir momentos de discusiones, reproches y roces que inevitablemente habrán surgido durante el tiempo de descanso.
Para una pareja que funciona, la vuelta a la rutina laboral tiene que ser un momento para ver qué cosas de la rutina nos favorecen y cuáles no. Hay que buscar las rutinas que unen y descartar las que no unen. La vuelta a la rutina y a la ansiada normalidad tiene que ser un pequeño parón inicial para ver qué cosas favorecen nuestra relación y cuáles no.
Recomendaciones
Entre lo que les recomiendo está:
- Hagáis ese pequeño parón en un plan especial, como, por ejemplo, que quedéis a cenar juntos el viernes o el sábado, sin hora y sin la presión de ir a trabajar al día siguiente y con los niños cuidados por la abuela o por tu sobrino que se gana unos eurillos y le viene genial.
- Repasáis cómo ha ido el verano. Y os centráis en los momentos bonitos que habéis vivido juntos.
- Sacad alguna foto del móvil (casi siempre las fotos reflejan los momentos buenos, no los malos).
- Intentad ser positivos. “Oye, ¡qué bien nos lo hemos pasado este verano! ¿verdad?” Y os miráis y os cogéis de la mano. “Lo que más me ha gustado es… cuando salimos juntos a cenar sin los niños al borde del mar, en plan romantic. ¡Oye!, qué vinito más rico nos pusieron…”.
- Y los malos recuerdos, de las discusiones, de los reproches, de las broncas… los descartamos por hoy.
- O, si lo veis posible o si vale la pena, aprovecháis para un sincero pedir perdón: “oye, y perdona el día ese que te dije que… o ese otro que te grité… perdona, que sabes que pierdo los papeles…». Pero ojo, se pueden retomar estos momentos para pedir perdón, no para volver a abrir la herida. Si ves que la herida puede volverse a abrir (los veranos es inevitable que haya más roces y que haya alguna que otra herida) mejor no la nombres. Dices un genérico: “perdona por los momentos en los que no he sabido demostrarte lo que te quiero”. Y a lo mejor le das un toque de humor, luego pides perdón de verdad, de corazón. Con eso el otro perdona y olvida… también no lo vuelve a nombrar. Y ya ninguno de los dos vuelve a sacar el tema. Porque perdonar es olvidar….
A tener presente
Los que dicen que la vuelta a la normalidad supone el principio de parejas que rompen, verán que si pones interés, si pones en práctica pequeños detalles en tu vida de pareja y aprendéis a comunicaros, sois capaces de conseguir que al comenzar el curso empecéis con fuerzas renovadas también en la pareja.
Son fundamentales las ganas de seguir:
- Queriéndose cada día más.
- Conociéndose cada día más de cerca.
- De estar cada día más tiempo juntos, y con ganas de no dejar que la desidia os coma el terreno.
Volver a empezar todos los días en la relación de pareja es imprescindible. Y la vuelta de las vacaciones es el mejor momento para hacer un pequeño parón y volver a empezar.
Escrito por: Fernando Poveda, autor del libro: La pareja que funciona. Blog: laparejaquefunciona.com
-
Lee también sobre: Te busco por todos lados.