Nunca es tarde para tener una infancia feliz.
Al hablar de que un niño sufra o tenga síntomas de carencia afectiva es mas común de lo que muchos piensan. La vida moderna en ocasiones puede distraer a los padres de las emociones y sentimientos de sus hijos, un simple “¿cómo te sientes?” ya no es tan común en casa, cuando, en el caso de los niños el afecto es vital desde pequeños.
Como seres emocionales, el humano necesita que se le preste atención, se le exprese amor, se le muestre un sincero interés y ternura a lo largo de su desarrollo. Esto, satisface su necesidad básica de afecto, seguridad, refuerza su autoestima y favorece el desarrollo psico-emocional del niño.
¿Qué es una carencia afectiva?
Solemos pensar que una carencia afectiva solo la pueden tener los niños que no tienen padres, que están sometido a algún tipo de violencia o también suele ligárselo a una clase social. Pero la gran realidad es que la carencia afectiva en los niños puede darse por muchas razones y no distingue clases sociales.
Podemos decir que es aquella situación en la cual el niño se siente privado de recibir afecto, como cuando:
- Hay violencia física, verbal o psicológica.
- No experimenta una relación familiar sana.
- Se siente desprotegido.
- Cuidados ineficientes o nulos.
Identificar señales de carencias afectivas en nuestros hijos
- Comportamiento: los niños con carencia afectiva están mas inclinados a tener trastornos en su comportamiento, como los siguientes:
- Aislamiento
- Agresividad
- Cambios de humor repentinos
- Falta de control de sus impulsos
- Melancolía
- Llanto descontrolado
- Inseguridad: Se debe a que no ha tenido un desarrollo óptimo en la parte psico-emocional, que le permita crear un concepto adecuado de sí mismo.
- Son proclives a enfermarse mas de lo normal: ¿cómo es posible esto? Ya no es un secreto que nuestras emociones influyen directamente en nuestro cuerpo. En otras palabras, un sistema inmunológico deprimido no cuenta con los mecanismos de defensa suficientemente eficaces, como para combatir agentes infecciosos externos.
- Dificultades sociales: El que vean como un reto gigante establecer relaciones sociales o sentirse ansiosos a la hora de hacerlo, es una evidente consecuencia de falta de seguridad o poca comunicación que tiene en su hogar.
- Falta de control emocional: Es una de las señales mas importantes si hablamos de carencias emociones, ya que un niño que ha tenido un entorno social negligente muy probablemente tendrá problemas para reconocer o identificar las emociones de las demás personas, por lo que mostrará una gran falta de empatía y de las normas sociales.
Si te percatas que tu hijo o cualquier otro niño, muestra alguno de estos síntomas, es fundamental que trates de conectar con sus sentimientos, hacerlo sentir que es escuchado y que te preocupas por su bienestar. Como padres que quieren lo mejor para sus hijos muchas veces se nos olvida lo mas importante, escucharlos.
Por Andrés Borbor C.
Psicólogo General
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