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Estas conductas podrían darnos señales de que nuestros hijos consumen drogas en su periodo escolar.

Un nuevo año escolar arranca en los próximos meses. Para los padres, esto implica mucha atención a las señales que podrían presentar nuestros hijos durante la escolaridad con respecto a la reflexión de las drogas.

Debemos saber que el mayor factor de riesgo para una sociedad de consumo se llama juventud, así lo asegura la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en sus documentos que hacen referencia a la prevención de drogas. Las edades de mayor riesgo están comprendidas entre los 14 a 19 años, lo que nos indica con claridad que el consumo sucede en el desarrollo de la fase estudiantil del joven.

Las señales para los padres serán el bajo rendimiento académico de su hijo en clases y todo lo relacionado a su responsabilidad de estudiar y cumplimiento de tareas. Pero, las amistades también son un indicador de quiénes son nuestros hijos. Por eso, siempre sugiero a los padres: si quieren saber quién es su hijo conozcan a sus amigos, pues esta relación hace que ellos se identifiquen.

La ONU registra que las edades de mayor riesgo van entre los 14 a 19 años.

Sin embargo, muchas veces nosotros hacemos todo lo contrario: alejamos las amistades de nuestros hijos de la casa. “No quiero ver que andes con él”, es la solución que muchos padres han encontrado, pero lo único que se consigue es que ellos no lo lleven a casa y que sigan relacionándose fuera de la casa con él/ella.

Aunque nos parezca difícil creer, si este amigo llega a la casa y tú conversas con él, vas a saber mejor quién es tu hijo y de qué manera piensa.

Otra actitud que debemos asumir por responsabilidad en los tiempos que actualmente vivimos, en referencia a la problemática de las drogas, es un control y supervisión de los espacios físicos. Esto quiere decir que debemos estar atentos a sus cosas y pertenencias. Si encontramos utensilios, pitillos, pipas, sorbetes, colirios y todo lo que nos cree sospecha y relación con drogas debe ser abordado directamente con ayuda profesional. De ninguna manera te sientas mal por hacerlo, siempre será mucho mejor prevenir que tratar la adicción de tu hijo.

Nuestros hijos crecen y dejan de ser niños. De acuerdo a la edad ellos empiezan a demandar tiempos y espacios con los que el mundo y la sociedad les brindan –ya sea bueno o malo- de ahí la importancia de nosotros en buscar momentos para no perder el contacto afectivo con ellos y saber cómo se sienten.

Busquemos espacios lúdicos, dinámicos, sociales, deportivos, culturales y afectivos en nuestra familia. Compartir tiempos de juego y recreación nos ayudará mucho a bajar los niveles de ansiedad que actualmente vive la juventud. Dejemos que sus amigos lleguen a casa.

 

 

Por Antonio Rimassa Chiriboga
Taller.tapad@gmail.com
0984978202-6007088
Tapad-Criad

 

 

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