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Aprender puede ser un proceso estimulante y divertido si se utilizan las herramientas y recursos adecuados.

Una palabra tan técnica para definir algo tan cotidiano. Llamamos gamificación al uso de juegos con fines diferentes a la diversión, en el caso de las escuelas, orientados a contribuir a los  aprendizajes de los niños. Si bien, tenemos claro que no todo juego educa (pensemos en algunos de los videojuegos que consumen nuestros chicos, por ejemplo), sí podemos aprovechar algunos de los principios que siguen para convertir el aprendizaje en una experiencia positiva, divertida y significante.

Resultados positivos

Introducir estrategias de gamificación en el aula o en el hogar, para repasar lo aprendido, nos brinda múltiples beneficios:

  • Estimula y hace más atractiva la participación de los chicos.
  • Simplifica las actividades difíciles.
  • Motiva a la participación constante.
  • Crea una retroalimentación positiva a través de recompensas.
  • Promueve la perseverancia y el triunfo.
  • Aumenta el compañerismo.
  • Transforma actividades aburridas en divertidas e interesantes.

Una gran herramienta

Para lograr diseñar estas actividades de manera sencilla, hay muchas herramientas en Internet que nos pueden ayudar. Una de las más sencillas de usar, eficientes para aprender, y que además es gratis, es Kahoot. En esta plataforma, que funciona en cualquier dispositivo móvil, se pueden registrar de manera gratuita y acceder a miles de trivias educativas sobre los más diversos temas, o diseñar cada uno su actividad según las necesidades puntuales.

Así, los papás podemos gamificar tareas tediosas, como “tomar la lección”, de una manera sencilla; solo buscamos o diseñamos una trivia sobre el tema que tienen que estudiar y, ¡listo! Ellos se encargan de responder a las preguntas de una forma interactiva, y tienen la posibilidad de medir su progreso.

Incluso, se pueden compartir las actividades que están usando, para repasar con sus compañeros y competir entre ellos por quién tiene más aciertos o quién las completa más rápido. Sin lugar a dudas, obtendremos mejores resultados que pidiéndoles que estudien solos, releyendo varias veces.

Así que, la próxima vez que querramos motivarlos a  estudiar, sorprendamos a nuestros hijos con un uso positivo y constructivo de los dispositivos electrónicos, y apoyemos su aprendizaje con herramientas innovadoras y entretenidas.

Por Inés Cobo de Gilbert
Directora ejecutiva de Sir Thomas More

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