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Se presentó en Buenos Aires, Argentina, la propuesta «De una cultura de trasgresión a una cultura de integridad», con la que se busca educar frente a este flagelo social en las escuelas inspiradas en la fe.

La iniciativa fue presentada por varios líderes religiosos de América Latina y el Caribe durante un evento que ocurrió en la sede de Poder Ciudadano, institución sin ánimo de lucro que trabaja en defensa de los derechos cívicos en Argentina.

A través de este material se pretende instaurar la lucha contra la corrupción en las instituciones educativas religiosas de Argentina y otros países de Latinoamérica.

De acuerdo con Elías Szczytnicki, secretario general de Religiones por la Paz América Latina y el Caribe, organismo promotor de la propuesta, quien es citado en nota de prensa publicada en AICA, se pretende suscitar «un esfuerzo articulado de las organizaciones educativas religiosas que apunta a los valores de la honestidad, la confianza y el respeto».

La corrupción no se combate con el silencio

Igualmente, se quiere «fortalecer el discernimiento ético para generar comportamientos individuales y colectivos basados en la integridad».

Szczytnicki señaló que las instituciones educativas inspiradas en la fe «están convocadas a liderar esta tarea y, de este modo, contribuir a la regeneración moral de nuestras sociedades».

La propuesta fue editada por Religiones por la Paz América Latina y el Caribe, y escrita por Gustavo Gamallo, Fernando Onetto y Alicia Tallone. El prólogo fue escrito por la presidenta de Transparencia Internacional, Delia Ferreira. La presentación contó con los comentarios del Arzobispo Emérito de Aparecida, Brasil, y representante del Consejo Episcopal Latinoamericano, Cardenal Raymundo Damasceno Assis.

Varias son las ocasiones que el Papa Francisco se ha referido al grave mal social de la corrupción. Una de ellas fue en febrero pasado cuando dedicó su video mensual a este mal. Allí expresó el pontífice:

«¿Qué hay en la raíz de la esclavitud, del desempleo, del abandono de los bienes comunes y de la naturaleza? La corrupción, un proceso de muerte que nutre la cultura de la muerte. Porque el afán de poder y de tener no conoce límites. La corrupción no se combate con el silencio. Debemos hablar de ella, denunciar sus males, comprenderla para poder mostrar la voluntad de hacer valer la misericordia sobre la mezquindad, la belleza sobre la nada».

En la ocasión, el Pontífice elevó una petición: «Pidamos juntos para que aquellos que tienen un poder material, político o espiritual, no se dejen dominar por la corrupción».

Vía InfoCatólica

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