En las redes sociales las apariencias mandan. Nadie es tan feo, como en su foto de la cédula, ni tan guapo como en su foto de perfil.
Con aplicaciones como Instagram o Snapchat que permiten ponerle filtros a nuestras imágenes, ahora nadie pone una fotografía que le desfavorezca. Todo el mundo aparenta ser feliz y exitoso en sus redes sociales. Hasta las relaciones amorosas con el auge de Tinder se pueden ver afectadas donde el online dating está geolocalizado, y donde ya ni necesitas moverte de tu lugar de confort.
Tinder ha venido a capitalizar este mundo de apariencias y satisfacción instantánea en el que vivimos. Tenemos una predisposición a tener todo pronto y al alcance, a excepción en las relaciones amorosas. Estas, que son todo lo contrario a la rapidez, maduran lentamente, son un proceso detallado que requiere de paciencia, autodominio y control de nuestras emociones. Por lo que ¿de qué hablamos cuando hablamos de amor en tiempos Tinder?
La creación de jóvenes frágiles emocionalmente
Los jóvenes salen de la universidad y quieren pertenecer a algo superior. Egresan con la idea de que son especiales, de que pueden tenerlo todo en la vida. Quieren producir un cambio en el mundo y cuando son reprendidos por su superior, entonces su felicidad se opaca y se desvanece su autoestima.
Estos, se frustran con facilidad y tienen muy pocos mecanismos para lidiar con el estrés. Sólo ven la foto de perfil, pero no la observan con detenimiento, no analizan lo que hay detrás de la imagen. Creen en un mundo donde todos son exitosos y donde la verdad muy poca gente lo es, donde las apariencias son lo primero y en lo que basan sus opiniones.
Muy pocos son felices y exitosos en la vida real
Nuestros tiempos no ayudan. Si queremos algo lo compramos en Amazon, así sea para darnos un gusto innecesario, es solo cuestión de pasar la tarjeta y nos llega a casa. Y ahora para buscar relaciones casuales solo basta con abrir una cuenta en Tinder y sabemos qué matches están cerca.
“Aplazar el placer” es una frase que muchos millennials leerán por primera vez en estas líneas. Tinder nos enseña todo lo contrario, alimenta la sensación de impaciencia y refuerza nuestra capacidad para distraernos. Esta App extiende ese mundo de satisfacción instantánea del que estamos rodeados, en donde aceptamos o descartamos a diestra y siniestra a personas
La responsabilidad…¿es de los padres?
Y es que los padres tienen “algo” de culpa, sí. Los hijos de papá y mamá no están listos para afrontar la realidad de hoy en día. Ya que no siempre nos han permitido cometer errores. Han logrado encerrarnos en una burbuja por evitarnos el sufrimiento y “darnos lo que ellos no tuvieron”. Ellos no estarán luego para conseguirles un ascenso a sus hijos o librarlos de algún error en la oficina que pueda costarles el puesto. Por lo que debemos ser conscientes de que la burbuja no puede ser llevada al mundo real y no podemos tenerlo todo solo por desearlo.
Lo que importa en la vida se consigue con esfuerzo. Y es que el amor requiere de sacrificio. Construir una relación necesita paciencia, compromiso, entrega. El vínculo amoroso se alimenta del tiempo. Para tener una cita sexual de una noche podrá existir Tinder, pero para sostener una relación amorosa no se ha desarrollado todavía una App.
Advertencias en un mundo con parámetros inalcanzables
Las cajetillas de cigarrillos tienen grandes indicadores de que fumar mata. Cuando nos descargamos Tinder debería tener una advertencia que diga que las relaciones casuales aumentan el grado de insatisfacción y que es igual de peligroso que ver pornografía.
En tiempos de Tinder, el amor se vuelve gaseoso, efímero. Las relaciones se convierten en un touch and go. El concepto de amor se desdibuja y las historias románticas tienden a extinguirse. No perdamos ante una generación que piensa que todo debe ser fácil y rápido. No dejemos que crean que para obtener algo, lo que imaginen, sólo deben descargarlo.
Recordémosles que las cosas que realmente importan, como la familia, el amor, la satisfacción en el trabajo, requieren de paciencia. Habrán situaciones que nos ayudarán a hacer que el camino sea más liviano, pero la mayor parte de este camino es arduo y difícil.
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Por: Andrés Elías
Estratega digital Dotmedia México www.andreselias.com