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El árbol tiene vida, igual que nosotros” decía una canción de Tiko Tiko que contribuyó a la creación de la conciencia ecológica en nuestra infancia. Ya de adultos, nos sentimos inspirados por la belleza de los árboles así como agradecidos por los servicios de sombra y purificación del aire que nos dan gratuitamente.

Sin embargo, al abrirse paso en medio de la selva de cemento, los árboles también son causantes de daños en la urbe. Las raíces muy gruesas o profundas pueden dañar el pavimento y las tuberías subterráneas. Las ramas pueden alcanzar cables eléctricos o telefónicos, causando accidentes o cortando el servicio. Las copas muy frondosas pueden colapsar por el peso y causar algún daño.

Es responsabilidad de cada ciudadano cuidar el buen estado las áreas verdes de nuestra ciudad.

Debido a esto, una supervisión permanente y una poda adecuada son cruciales para mantener la armonía entre la naturaleza y el buen funcionamiento de la urbe. Este trabajo recae sobre la Dirección de Áreas Verdes del Municipio cuya misión es recuperar, rehabilitar y mantener los parques y áreas verdes del cantón Guayaquil. Durante el primer semestre del 2015 se retiraron 139 árboles deteriorados o secos, se podaron 706 y se reubicaron 60. Sin embargo, el plan completo de poda, suma 22.697 árboles a los que se le agregaron 1.705 por la llegada de El Niño.

Por otra parte, el Gobierno Nacional ha contribuido enormemente a aumentar las áreas verdes en la ciudad. Durante décadas, Guayaquil tuvo menos de 1 metro de áreas verdes por habitante cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos 9 metros. Actualmente, como resultado del programa Guayaquil Ecológico, la urbe porteña recuperó al menos 10 metros de áreas verdes por habitante, luego de incorporarse 2.000 hectáreas de la Isla Santay, unida a la urbe con dos pasos peatonales; y 840 hectáreas del parque Samanes, que es el parque más grande de Latinoamérica en construcción.

Finalmente, es responsabilidad de cada ciudadano cuidar el buen estado las áreas verdes de nuestra ciudad. Como indica el Papa Francisco en la encíclica Laudato Si’: “Hay barrios que, aunque hayan sido construidos recientemente, están congestionados y desordenados, sin espacios verdes suficientes. No es propio de habitantes de este planeta vivir cada vez más inundados de cemento, asfalto, vidrio y metales, privados del contacto físico con la naturaleza”.

 

Por José Miguel Yturralde

 

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