La noticia que todos esperábamos: el equilibrio entre vida y trabajo ¡es posible! Conoce cómo lograrlo.
¿Alguna vez pensaste en cómo lograr el equilibrio entre vida y trabajo? En este post quiero compartirte una conferencia TED realizada en Sydney por Nigel Marsh en el 2010, muy reconocida en el ambiente empresarial. Realmente aborda de una forma muy clara y frontal el tema del equilibrio entre vida y trabajo.
En aproximadamente 10 minutos explica muy bien la incompatibilidad, sucedáneos, desafíos y la importancia de trabajar en lo pequeño para mejorar el equilibrio entre nuestra vida laboral y vida personal en los tiempos de hoy.
En esta sociedad, ¿es posible encontrar el balance?
Estamos de acuerdo con que hace falta un debate honesto para que la sociedad avance en el tema del balance vida-trabajo. Hay beneficios – bastante populares hoy en día en los departamentos de recursos humanos -, como horarios flexibles, vestimenta informal, permiso de paternidad, etc. que no permiten ver el problema de fondo: hay algunos empleos que son incompatibles con el compromiso real de lo cotidiano en una familia joven.
Sin embargo, es importante también reconocer las razones por las cuales estos empleos (algunos de hasta 16 horas diarias) siguen teniendo tanta demanda en el mercado laboral. Quizás lo lógico sería que un empleo que nadie quiere tomar deje de existir con el tiempo. Sabemos que no es así.
Por un lado, se le podría atribuir a la crisis económica, que permite que aún un empleo no deseado sea «necesario» para algunas personas. Por otro lado, está la codicia y egoísmo de otras personas que, por múltiples razones – una de ellas es el miedo al compromiso familiar -, se refugian en un comportamiento workholic. Este, si bien podría dejar un salario mayor, definitivamente no permite el desarrollo en el ámbito laboral ni en el ámbito personal.
Pero, en serio, ¿qué queremos en nuestra vida?
Otro punto que en mi opinión es dramático, por ser por muy crudo, pero a la vez real, se comenta en el video cuando se reconoce una situación en la que:
Existen miles de miles de personas que viven por ahí dando gritos de ahogo y desesperación en sus vidas; trabajando duras e interminables horas, en empleos que odian para poder comprar cosas que no necesitan e impresionar a personas que no quieren.
Todas las personas a las que les he comentado este punto han coincidido de una u otra forma en que el status de una buena posición laboral y las posibilidades económicas que esto genera, en ocasiones, marcan una especie de competencia que realmente carece de sentido. La idea de creer que la persona con más dinero al morir gana es, por donde se le mire, una tontería. Evidente, la vida es más que eso.
El balance vida-trabajo lo hace cada persona, al margen de las políticas (buenas o malas) de una empresa. Cada uno es responsable de establecer y hacer cumplir los límites que necesitamos en nuestra vida.
En un extremo, ningún trabajador debe aceptar ser esclavo a cambio de dinero, no vale la pena. El otro extremo es querer tener siempre días como el que describió el conferencista, en realidad esa descripción la hizo a modo de broma para demostrar que no podemos ser tan ilusos. Ser realistas implica buscar el balance, tomando en cuenta que el ser humano tiene dimensiones: biológica, psicológica y espiritual. Estas en su conjunto hacen una unidad y es el equilibrio de esta unidad lo que debemos buscar.
Cuando una persona coloca las prioridades de su vida a la luz de la fe y, sobre todo, cuando se vive de forma coherente con lo que se profesa, muchas de las dificultades del estilo workholic se resuelven. Aprender a dar lugar a cada cosa (por pequeña que sea) es fruto de una fe bien vivida.
El balance no pasa necesariamente por cambios radicales, es particularmente importante ser reverente con nuestras relaciones personales y diligentes con nuestras responsabilidades. Darse un tiempo para ponderar y poner en el correcto lugar las relaciones con: Dios, el/la esposo (a), los hijos y otros familiares, laborales, sociales y civiles, apostólicas.
En cada uno de esos ámbitos suceden distintas situaciones, algunas con gran importancia y otras con menor importancia. La clave es intentar que nuestra respuesta en cualquiera de ellas sea con mucho amor. Puede parecer muy simplista, pero quizás esta sea la mejor medida para balancearlo todo.
Preguntas para la reflexión en tu vida
A continuación, te comparto algunas preguntas. Puedes hacerlas a modo de «examen», pero también puedes compartirlas en un grupo de catequesis o con amigos.
1. ¿El equilibrio entre vida y trabajo es relevante para mí? ¿Por qué?
2. ¿Tengo la capacidad de establecer y hacer cumplir los límites que busco en mi balance vida trabajo? Si no es así, ¿qué puedo hacer para mejorarlo?
3. ¿Considero que un excelente puesto de trabajo y una situación económica buena es lo más importante? ¿Cuáles son mis prioridades?
Escrito por: Luis Delgado, vía Catholic-Link.
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