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Procrastinar es la tendencia a posponer tareas u obligaciones, y es una conducta común en los adolescentes. ¿Qué efectos tiene?

Adolescentes y el hábito de procrastinar…

¡Llegó la adolescencia! los años pasan volando y los niños de pronto ya no son unos bebés, han iniciado una etapa de descubrimiento. La adolescencia es el periodo que transcurre con el inicio de la pubertad entre los 13 y 14 años hasta los 18 años. Esta etapa es catalogada como un periodo difícil y lleno de problemas, pero con una atención y comunicación adecuada nuestros hijos y estudiantes pueden pasar esta etapa de vida sin complicaciones.

Podríamos decir que la adolescencia es un periodo de reflexión sobre uno mismo, donde el estudiante comienza a tener más responsabilidad sobre sus acciones, pero ¿qué ocurre con aquellos donde prima el confort por encima de sus responsabilidades?

La procrastinación es el hábito de postergar actividades y situaciones que deben atenderse, por el contrario, atiende otras actividades irrelevantes o “más agradables”. El adolescente decide no hacer algo a pesar de saber que debe hacerlo, se siente desbordado y su única salida es evitar su tarea.

Debemos prestar atención, pues la procrastinación en la adolescencia está conectada con factores emocionales, es una conducta evasiva donde se refleja la incapacidad de controlar impulsos y manejar las emociones negativas.

 

 

¿Cómo afecta la procrastinación al adolescente?

A nivel emocional, el estudiante deja tareas pendientes y esto genera ansiedad, que va aumentando poco a poco. Este pequeño acto puede derivar en una sensación de caos y falta de control sobre la propia vida.

Influye directamente en la vida académica, laboral y social. Estas acciones repercuten en el rendimiento escolar.

Recomendaciones para no procrastinar

Estos tips pueden ser aplicados por docentes y padres de familia:

  • Regla de los dos minutos: consiste en ponerse de pie y hacer tareas que no les quitan más de dos minutos.
  • Establecer rutinas: en la institución educativa o en el hogar es una buena estrategia para que el adolescente cumpla con cronogramas. Tener rutinas le permitirá estructurar su tiempo y evitar el desgaste en actividades sin propósito.
  • Aprender a decir “no” sin sentir culpa: es una herramienta para dejar atrás actividades que no suman en su crecimiento, hay que ayudarlos a identificar cuándo es un buen momento para decir no.

 

 

Fuente: Corpeducar.

 

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