Por Ing. Andrés Elías
Portavoz del Observatorio Electoral Católico
Observatorio católico/ @votocatolicoec
Hasta hace cinco años se hablaba del milagro irlandés. Irlanda pasó de ser un país agrícola, totalmente empobrecido, a una potencia. Se convirtió en uno de los mayores centros tecnológicos y de la industria farmacéutica del mundo. En el 2013, Irlanda tuvo que someterse a un rescate internacional que comprometió su soberanía financiera. En abril del 2014 Eurostat (Oficina estadística de la Comisión Europea) confirma que Irlanda cerró 2013 con un déficit del 7,2% y una deuda del 123,7% del PIB.
En ese sentido, me cuestiono si ya Ecuador logró generar un cambio, que fundamente su propio adjetivo del “milagro ecuatoriano”. Yo me atrevería a decir que el milagro ecuatoriano está en marcha y mientras no se materialice no podemos decir “mission accomplished”. Mientras no podamos cantar victoria, el empleo correcto de la frase debería ser: “el desafío ecuatoriano”.
Este año el Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró sus proyecciones para Ecuador. El organismo señala que, en el país, las perspectivas de crecimiento del PIB en el 2014 mejoraron dos décimas. Crecería 4,2%, frente al 4% estimado en octubre. Para el 2015 la subida sería de 3,5%.
El FMI también elevó la previsión de la inflación. Ahora es cuatro décimas mayor y se ubica en 2,8%. Para el 2015 sería de 2,6%. En cambio, el análisis del desempleo se mantiene en 5% para este año y el próximo.
Un “crecimiento estable” de la economía también es parte de los pronósticos hechos por otras entidades. El Ecuador se encuentra en el puesto 71 del ranking de competitividad (desde el 2009 ha escalado 34 puestos).
Para seguir en esa previsión optimista, pareciera que el Ecuador está dejando de mirar para adentro y está empezando a ver a su alrededor, las recientes visitas de Correa a EEUU y Europa lo confirman. El discurso desgastado de compararnos como estábamos hasta hace 8 años debe ser rápidamente cambiado por una comparación con el resto del mundo. Solo así, seguiremos escalando posiciones en el ranking de competitividad.
Ojalá el actual Gobierno siga con su sentido común de ver a su alrededor, de ser capaces de observar qué están haciendo las naciones que crecen y destierre para siempre del discurso oficial la lucha de clases y la reducción de las libertades.
Un acápite diferente…
¿Cómo debería ser el sueño ecuatoriano?
• Imagino un Ecuador diferente donde los políticos no tengan que verificar en las encuestas lo que deben pensar esta semana; a políticos estadistas soberanos en sus pensamientos; que se sienten cómodos pensando a largo plazo planificando incluso más allá de la siguiente elección; imagino a políticos autosuficientes, que no necesitan una carrera de políticos, ni formar grupos de presión para ganarse la vida; políticos capaces de sacar lo mejor del pueblo; interesados en defender y respetar la libertad de expresión.
Imagino un pueblo determinado a protestar cuando vea el peligro de que se supriman sus opiniones; que no se deja intimidar por el mandatario de turno; que no se resigna al conformismo; que cuestiona todo lo que le dice su presidente; imagino un pueblo que utiliza sus facultades críticas para hacer su propia valorización de las cosas y con independencia de pensamiento. Imagino un pueblo educado y poco influenciable.
• Imagino a ambos, pueblo y gobernantes motivados por un alto ideal, guiados por altos principios. Ojalá que la realidad sea más poderosa que mi imaginación. Imagino que algún día pueda hablar el mundo del sueño y el milagro ecuatoriano.