Todos recomiendan vivir el embarazo lo más relajada posible, cuidarte y alimentarte bien… pero no es tu caso.
El embarazo es una etapa especial de la vida para la mujer y su familia, donde algunos cambios normales que se producen en su cuerpo, en sus emociones y en la vida de su familia pueden generarle algo de estrés, el cual debe saber cómo manejarlo adecuadamente para que no afecte su salud y la de su futuro bebé.
Hay dos aspectos importantes a cuidar en esta etapa, uno es la alimentación y el otro es el estado nutricional de la mujer. Ambos son determinantes en el crecimiento y desarrollo del feto y, por lo tanto, una dieta sana y equilibrada es primordial tanto antes como durante el embarazo.
Es común que las mujeres comiencen a preocuparse más por su salud y la de su futuro bebé cuando se enteran que están embarazadas. Por lo general las madres suelen sentir más apetito en el embarazo por lo que se debe controlar no aumentar en exceso de peso durante esta etapa. Pero puede suceder lo contrario, que pierdan las ganas de comer y ahí la atención debe centrarse en no bajar de peso.
Posibles causas de falta de apetito durante el embarazo
Una posible causa es el aumento de la hormona HCG (Gonadotropina Coriónica Humana) que es producida por el embrión en desarrollo poco después de la concepción y luego por la placenta. Esta hormona en ocasiones produce las náuseas y vómitos de los primeros meses del embarazo, por lo que puede hacer que una que se rechacen muchos alimentos y disminuyan las ganas de comer.
Por otra parte, el estrés también puede producir disminución del apetito, muchas veces debido al ritmo de vida actual y a las preocupaciones que se puedan tener por razones externas al embarazo.
Esto trae consigo formas de alimentación desacertadas como, comer rápido, no desayunar, realizar por un lado cenas muy abundantes y por el otro un almuerzo con alimentos de fácil elaboración que no cubren los requerimientos necesarios, o también un mayor consumo de bebidas cola, café, té.
¿Cómo afecta el estrés en la alimentación?
Es común sentirse estresada o con mayor ansiedad durante el embarazo, pero el problema ocurre cuando este es excesivo, que puede causar problemas para dormir, dolores de cabeza, pérdida del apetito o comer en exceso.
Esta ansiedad además altera la conducta alimentaria, los patrones de consumo, la cantidad y la calidad de las comidas que se ingieren. Una dieta inadecuada puede llevar a la mujer a un peso insuficiente, lo que puede traer consecuencias como mayor riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y defectos congénitos.
A través de una buena alimentación no solo se mantiene el cuerpo sano sino también la mente.
¿Cómo me debo cuidar si el estrés está afectando mi alimentación?
Primero es importante identificar las causas del estrés, ya sea en su trabajo o en su vida personal, e intentar desarrollar maneras eficaces de controlarlas.
Después conviene comentar al médico la situación. Seguramente se encargará de evaluar el índice de masa corporal de la madre y buscará conocer su estado nutricional para poder ayudarla a valorar el total de kilos que debería aumentar durante todo el embarazo.
Aplicar algunas técnicas puede ayudar a combatir el estrés durante el embarazo como:
- Realizar diariamente técnicas de relajación y respiración, salir a caminar o alguna actividad física aconsejada por el médico.
- Dedicar unos minutos del día a relajarse, orar, y ponerse cómoda sin teléfonos cerca, acostarse o reclinarse.
- Comunicar lo que le pasa, generando espacios con la pareja para hablar y disfrutar.
- Reducir o delegar las actividades o tareas del hogar
Vía Aleteia