Edward Green, el especialista en SIDA que apoyó a Benedicto XVI, señala el retroceso en esta lucha.
Edward Green es epidemiólogo y antropólogo; y creedor que la clave contra el SIDA es cambiar los comportamientos, pues en África no bajan los contagios, sólo los muertos.
¿Seguir inundando África de preservativos y fármacos antiretrovirales? No es científico sostener que este es el mejor modo de combatir el SIDA en el continente. Peor, es una ilusión que, paradójicamente, corre el riesgo de empeorar las cosas, favoreciendo la difusión del contagio por VIH.
Esta es la tesis del investigador estadounidense quien representa una autoridad internacional en la materia, obstaculizado por «su» mundo progresista precisamente por haber defendido posiciones anticonformistas en lo que respecta a las campañas anti-SIDA. Green causó sensación en todo el mundo cuando en 2009, proporcionó datos que demostraban la verdad de las palabras pronunciadas por el Papa Benedicto XVI precisamente en África: «El problema del SIDA no se resuelve con la distribución de preservativos que, al contrario, empeoran el problema».
Ahora, con un artículo publicado en el «National Review» del 29 de agosto de 2014 vuelve al ataque junto a su colega Allison Rualk para responder a la intervención de Donald McNeil aparecida en el «New York Times» el 25 de agosto y titulado “Los progresos contra el SIDA en Sudáfrica están en peligro”.
¿Progresos en Sudáfrica? No hay progresos
Para Green y Rualk, en África del Sur no ha habido nunca progreso alguno en la lucha contra la difusión del SIDA.
Según McNeil, la disminución de las inversiones del gobierno estadounidense centrados en la difusión de los fármacos antiretrovirales estaría invirtiendo la tendencia positiva registrada en Sudáfrica por la lucha al SIDA.
Los datos discutidos en la Conferencia de Sudáfrica del 2013 han demostrado más bien la disminución del índice de mortalidad por SIDA, no de su incidencia.
Pero «el éxito en los tratamientos médicos en Sudáfrica y, por lo tanto, la disminución de la tasa de mortalidad no deben ser confundidos con un éxito en la prevención», un equívoco demasiado difundido, «no sólo en Sudáfrica».
Hubo disminución antes de los retrovirales
Ante todo, la disminución del VIH en África después del pico a final de los años noventa, recuerdan Green y Rualk, es un fenómeno que se ha manifestado «antes que los antiretrovirales fueran ampliamente accesibles».
A este propósito, los investigadores recuerdan «el primer y mayor caso de éxito contra el SIDA» de toda África: Uganda, donde gracias al enfoque educativo basado en la abstinencia y la fidelidad «los índices de infección disminuyeron aún antes de que los preservativos estuvieran disponibles fuera de la capital Kampala».
Y si en cambio hoy «Uganda no está yendo tan bien», observan Green y Rualk, «probablemente es debido a la presión de los benefactores occidentales sobre sus gobernantes para que dejen de disuadir sobre los comportamientos que conllevan riesgo – principalmente las relaciones con distintas parejas — y confíen en cambio en los fármacos, los análisis y los preservativos».
Lo que funciona: reducir el número de parejas
Si el índice de difusión del virus en África se ha reducido es gracias a la “partner education”, es decir, a la reducción de las parejas sexuales, insisten Green y Rualk.
Y parece también «probable que la enseñanza y la exhortación procedentes de la base del país, especialmente de las iglesias y las mezquitas, hayan reforzado la reacción natural que ha llevado a las personas a prestar más atención al comportamiento sexual».
Cuando se pensaba en educar más que en medicar
Cuando Green fue miembro de 2003 a 2007 del Consejo Asesor del presidente para el VIH, – relata él mismo en el artículo firmado con el colega -, la totalidad de los 27 miembros acordaron con él que la estrategia de la difusión del preservativo y de los tratamientos médicos «había sido un sueño irrealizable».
Tanto que «incluso el entonces administrador delegado de la farmacéutica Pfizer, Hank McKinnell, escribió un libro junto al resto del Consejo asesor que planteaba la necesidad de promover cambios en el comportamiento sexual, de impulsar la circuncisión masculina (por lo menos en África) y de tomar otras medidas necesarias para la prevención del SIDA».
Sin embargo, desgraciadamente, los escasos fondos para los programas educativos asignados durante el gobierno Bush «han desaparecido durante la administración Obama».
Vía Sinsida.eu