Ninguno esperaba que las cosas sucedieran así; sin embargo, hoy pueden ver que fue Dios quien los tenía escogidos el uno para el otro.
Cualquiera que escuche esta historia, seguramente ha de pensar que solo sucede en las películas, pero cuando dos personas están destinadas a estar juntas toda la vida, siempre se encontrarán en el camino. Esto sucedió con Gaby y Jorge. Por diocidencias de la vida se encontraron, se conocieron, se enamoraron y en agosto de este año, caminarán al altar para dar el sí que los unirá para siempre.
Ellos aseguran que en su historia de amor Dios fue una pieza clave para que ambos se conocieran: Él los pensó el uno para el otro, para que juntos formaran una familia.
Gaby estuvo durante 3 años en Lima discerniendo su vocación a la vida consagrada. Luego de un tiempo, entendió que su vocación era más bien para el matrimonio y aún recuerda con exactitud la fecha que se subió al avión de regreso, porque ese día también es parte de esta historia.
Todo se dio para el encuentro
Un 19 de marzo, día de la fiesta de San José, casto esposo de la Virgen María, Gaby Cassis regresaba a vivir a Guayaquil. Ella no planificó que el viaje fuese aquel día, sino que todo se dio para que así sucediera. “Para mí fue bonito regresar justo en esa fecha, una confirmación del Señor que la persona con la que estaría toda mi vida tendría como modelo a San José, fue darme cuenta de que el Señor no esperaba para mí menos que eso; y que San José estaría conmigo y me acompañaría en esta búsqueda”, recuerda Gaby.
“Dios te permite perfeccionar ese amor en tu relación, te permite madurar como pareja, en crecer ese amor que una vez inició”. Jorge
Dos meses después de su regreso, inició la universidad y desde entonces empezó a ir Misa muy temprano. Gaby nos cuenta que un miércoles, mientras rezaba en Misa, vio a un chico que regresaba de comulgar y se arrodilló unas bancas adelante de ella. Le impresionó tanto que le dijo a Dios: “Que sea uno como el que está ahí Señor, porque un miércoles a las 7:30 de la mañana está en Misa, de ley es un chico bueno y no está feo tampoco”, recuerda entre risas.
Luego de un tiempo, unos amigos la invitaron a rezar el Ángelus en una gruta pequeña que hay en su universidad. Al terminar de rezar, Gaby reconoció que junto a ella estaba el mismo chico que vio en Misa aquel miércoles. Él se le acercó y empezaron a conversar. Ese fue el día, junto a los pies de la Virgen, que Jorge y Gaby se conocieron.
“Fue la primera vez que la vi, me llamó la atención, pero me impresionó tanto porque había una luz en ella que reflejaba mucha alegría, por eso quise conocerla”, recuerda Jorge Briones, y si bien es cierto no fue un amor a primera vista, sí vio algo especial que lo animó a acercarse, a pesar de ser muy tímido. “Con mujeres siempre fui súper vergonzoso, pero como me llamó la atención, yo dije: no me importa que esté nervioso, voy y me le acerco a hablar”.
Desde ese día, durante dos meses, continuaron encontrándose en cada Ángelus. Empezaron a escribirse mensajes, a salir juntos y poco a poco fueron conociéndose. Gaby recuerda que en una de sus primeras salidas fueron a comer tacos, “no fue nada romántico porque era tan grande el taco que todo se nos chorreaba, pero la pasábamos súper bien, conversábamos sobre la vida, pero también hablábamos cosas profundas y sobre nosotros”.
Jorge, por su parte, nos cuenta que durante esas conversaciones, ella le impresionaba cada vez más. “Yo vi en ella muchas ganas de ser santa y de ayudar a que otras personas lo sean, incluso me recordó a mí que yo también tengo que ser santo, me motivó a serlo acercándome más a Dios”, explica.
Un enamoramiento centrado en Dios
Esa fue la señal para que Jorge recnonociera que Gaby era la chica que estaba buscando. Una vez un amigo le había dicho que “una mujer es la indicada siempre y cuando te ayude a ser mejor persona y te acerque más a Dios” y Gaby provocó ese sentimiento en él. Desde que la conoció, él empezó a ser mejor hijo, mejor hermano, mejor amigo, hasta mejor estudiante.
El 27 de septiembre del 2012, iniciaron oficialmente su relación, que tiene como centro al Señor Jesús. “Dios, que nos conoce y quiere lo mejor para nosotros, es quien nos da esas guías para que nuestro amor sea más grande, más puro”, explica Jorge.
Los siguientes meses continuaron visitando a la Virgen en la universidad, porque ese lugar significaba mucho para ellos. Dos años después, el 29 de noviembre del 2014, Jorge le propuso matrimonio a Gaby en el mismo lugar donde se conocieron, frente a la imagen de Santa María.
¿Por qué decidieron construir una relación con Dios? Él nos ha ayudado a enamorarnos del corazón de cada uno, de la verdadera esencia de la persona. Tener a Dios en una relación te da mucha libertad. La libertad de conocer más a tu pareja, de estar con él/ella sin ningún remordimiento de algo que hiciste, de vivir juntos la pureza, que es a lo que estamos llamados a vivir en pareja. El Señor te da las guías solo si tú se lo permites; y solo así, es como Él te va ayudando a perfeccionar ese amor que sembró en tu relación. |
Por María José Tinoco
Editora