Estar sin trabajo siendo joven, recién graduado de la universidad es frustrante, por lo que hay que aprender a sobrellevar esta situación.
Cuantos jóvenes estudian una carrera, pero terminan trabajando en sectores que poco o nada tienen que ver con su titulación. O lo que es aun más dramático, muchos jóvenes universitarios no encuentran una ocupación después de tantos años de estudio y preparación.
El trabajo sigue siendo central en nuestra sociedad. Los jóvenes aspiran llegar a la edad adulta con la madurez y la forma de vida necesarias para dejar de ser dependientes y coger las riendas de su propia vida. Sabemos que para ello han de resolver una ecuación no siempre sencilla: encontrar y establecerse en un trabajo que les permita pagar una vivienda y sus necesidades.
Para alcanzar estas metas el trabajo es un elemento clave, y nuestro gran enemigo, la frustración.
Superar la frustración no siempre es fácil. Es un sentimiento que aparece en nuestras vidas cuando no conseguimos realizar nuestros proyectos, sueños y deseos.
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Tiene sus implicaciones negativas pues no nos permite volver a soñar ni a imaginar nuevos proyectos. Los sentimientos que la acompañan van relacionados con el momento y las circunstancias personales que vivimos, aumentando de esta manera los sentimientos de ineficacia, de baja autoestima, de complejos y falta de motivación.
Aceptar para cambiar
Si la frustración nos acompaña con sentimientos negativos y derrotistas frente al sueño que perseguimos. El camino que tenemos que emprender es el de la aceptación. Aceptación supone ser capaz de vivir intensamente y plenamente lo que nos toca vivir, buscando otros caminos para realizar nuestros sueños.
Para conseguir cambiar la realidad que estamos viviendo el primer paso es aceptarla. Ser conscientes de que no todo se puede conseguir pero que si podemos buscar y encontrar otras vías para realizar nuestro sueño y ser felices. De este modo, con otros sentimientos, desde la aceptación, la comprensión, la tranquilidad, seguiremos caminando hacia nuestros sueños, sin abandonarlos.
A lo largo del camino me pueden sorprender otros caminos que se entrelazan. ¡Cuántos jóvenes se van acercando a la realización de los propios sueños por otros caminos que inicialmente no habían imaginado!
Lo importante es no dejar de caminar y de buscar, pues ese caminar es parte de nuestra realización.
A la hora de plantearse cómo superar la frustración hay que decidir por aceptar y vivir la propia vida reconociendo que no siempre las cosas ocurren cuando y como queremos.
Podemos cambiar nuestras circunstancias y modificar nuestros sueños adaptándolos a nuestro presente y proyectándonos en nuestro futuro, pero nunca renunciando a ser felices porque somos conscientes de nuestro valor independientemente de todas las circunstancias de la vida y seguros de caminar siempre de la mano de Dios.
Vía Aleteia.