La gente suele pensar que la contaminación del aire en el exterior puede dañar su salud, pero no se paran a pensar en los efectos que tiene un lugar contaminado.
Pasamos el 90% de nuestra vida cotidiana en interiores, bien sea en casa, en medios de transporte o en la oficina. La gente suele pensar que la contaminación del aire en el exterior puede dañar su salud, pero no se paran a pensar en los efectos que tiene un ambiente interior contaminado en su bienestar.
Netatmo desmiente seis errores comunes que ayudarán a cambiar los hábitos y crear un hogar más saludable.
1. «El aire en el exterior está más contaminado que en el interior».
Cada año, 3,8 millones de defunciones prematuras son atribuibles a la exposición al aire de interiores contaminados. Nuestros hogares están entre tres y ocho veces más contaminados que el aire libre. Hacer reformas en la casa, cocinar, limpiar, encender velas o incienso, instalar nuevos muebles… Todas ellas son actividades que pueden liberar agentes contaminantes que llenen el aire hasta alcanzar unos niveles de contaminación altos si no se ventila correctamente. La exposición a la contaminación en interiores tienen un impacto negativo en los bronquios de personas que sufren alergia o asma. También influye en la capacidad de concentración y puede provocar dolores de cabeza. Por esta razón, es realmente importante que se ventile la casa con regularidad y así crear un ambiente saludable para todos.
2. «Ventilar la casa provoca que entre la contaminación de fuera».
Durante todo el año, aunque el aire exterior esté contaminado, es necesario abrir las ventanas de par en par durante cinco o diez minutos, tanto por la mañana como por la tarde, para que se pueda renovar el aire del interior de la habitación. En nuestros hogares u oficinas, el aire está entre tres y ocho veces más contaminado que en el exterior. Optar por una correcta ventilación reduce la concentración de CO₂, que es el indicador más fiable para medir la polución en el aire del interior de una estancia. Cuando los niveles son altos, puede suponer un obstáculo para la concentración de aquellos que estudian o trabajan, impedir el correcto descanso o causar dolor de cabeza. Dejar que el aire fresco fluya por la habitación evita que se concentre demasiado CO₂, elimina malos olores y exceso de polvo o de humedad.
3. «Todo lo que necesitas para limpiar el aire es un sistema de ventilación».
Un sistema de ventilación mecánico no es suficiente para conseguir que el aire fresco entre en el hogar. En ocasiones no se han instalado adecuadamente o se ha descuidado su mantenimiento y calibrado. Además, suelen provocar mucho ruido, por lo que muchas personas deciden apagarlo para evitar así la contaminación acústica. Sin duda, no hay nada más efectivo que ventilar una habitación de manera natural. Acostumbrarse a abrir las ventanas durante unos minutos mañana y tarde todos los días del año será clave para conseguir que siempre haya aire fresco en casa.
4. «El ruido no influye en el descanso nocturno».
El sueño se puede ver fácilmente interrumpido y afectado por sonidos de más de 55dB, que es el sonido habitual que tiene una conversación. Para asegurarnos de tener el máximo confor, la humedad relativa debería encontrarse siempre entre el 30% y el 60%. Por encima de estos niveles, aumenta el riesgo de tener moho en el hogar. Por esta razón es necesario monitorizar la humedad y usar un humidificador cuando el aire es demasiado seco o abrir las ventanas cuando el ambiente está demasiado húmedo.
5. «El aire seco es mejor».
Demasiada humedad no es buena. Sin embargo, un ambiente demasiado seco –por debajo del 30%– puede causar picores en la piel, seqedad nasal, debilitar el sistema immune y afectar de manera negativa a la respiración. Para asegurarnos de tener el máximo confor, la humedad relativa debería encontrarse siempre entre el 30% y el 60%. Por encima de estos niveles, aumenta el riesgo de tener moho en el hogar. Por esta razón es necesaio monitorizar la humedad y usar un humidificador cuando el aire es demasiado seco o abrir las ventanas cuando el ambiente está demasiado húmedo.
6. «Los bebés solo duermen bien cuando están en ambientes más cálidos».
Al nacer, un bebé no tiene desarrollada la capacidad de regular su propia temperatura, por lo que no pueden adaptarse a los cambios climáticos de manera autónoma. Para asegurar un descanso óptimo, la habitación no debería ser demasiado cálida: lo recommendable es que descansen a una temperatura de 18°C. Además, el ambiente de la estancia no debería ser demasiado seco, pero tampoco húmedo. Ventilar la habitación regularmente será clavepara prevenir el crecimiento de bacterias dañinas para el pequeño. Es importante controlar la temperatura y las condiciones ambientales de la habitación para asegurarse de que los bebés descansan sin estar expuestos a gérmenes y demás agentes dañinos.
Vía ABC