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¿Es el alcohol una sustancia menos peligrosa que otras drogas?

Se calcula que un 50% de la susceptibilidad para ser alcohólico es genética, pero esta no es la razón principal, a esto se le debe sumar factores ambientales y familiares que pueden incidir en el proceso de formación de esta enfermedad. Generalmente se cree que un alcohólico es aquel que está abandonado en las calles y que consume diariamente. 

“Yo puedo controlarlo”

Escuchamos mucho el término “bebedor social”, en el que muchos se escudan, pero debemos saber que no es ni la frecuencia ni el consumo lo que determina esta enfermedad, sino los cambios que se producen en el comportamiento, en las relaciones familiares y a nivel cerebral. Cada persona alcohólica puede seguir un patrón diferente y es muy común que trate de auto engañarse negando su problema. O que si bien entienda que es prisionero de esta enfermedad que le hace daño, no le sea posible detenerse ni con “fuerza de voluntad”. Las drogas ocasionan cambios estructurales sobre la corteza cerebral y en las neuronas, aquí se libera un neurotransmisor llamado dopamina, asociada con la sensación de satisfacción. Esto lleva a la necesidad de querer consumir más generando tolerancia ante dosis superiores y que al interrumpir ocasionan el malestar del síndrome de abstinencia haciendo que abandonar una sustancia como el alcohol sea sumamente difícil.

Una persona que no es alcohólica tiene libertad para beber o no, sin embargo los alcohólicos terminan comprobando que cuando beben, logran desinhibirse o huir de esas situaciones no deseadas como la ansiedad y la depresión. Razón principal de esto es la perdida del control y por lo que cada vez recurren a él con más frecuencia como auto medicación buscando alivio.

“Mi papá/mamá también lo hacen”

Como padres, debemos estar informados acerca del alcohol y otras drogas para poder proporcionar a nuestros hijos información actualizada y correcta. A pesar de que a los padres puede no gustarles pensar en ello, la verdad es que muchos niños y adolescentes prueban el alcohol mientras están en reuniones dentro de su propio hogar, en el colegio o en la universidad. Un estudio indicó que muchos niños que recibieron sorbos de alcohol de sus padres tienden a tomar bebidas completas y en exceso en la adolescencia.

El problema puede ser que no se dan cuenta de los mensajes que están enviando a sus hijos y desconocen que el cerebro de su hijo está en formación hasta los 25 años. Los jóvenes se encuentran en constante riesgo debido a que fisiológicamente, se encuentran todavía experimentando cambios en su desarrollo, el cual establece las bases para las habilidades de la persona en su vida adulta, tales como la planeación, la integración de información, la resolución de problemas, el discernimiento y el razonamiento. Además corren el riesgo de desarrollar conductas perjudiciales debido al alcohol que incluyen: beber en exceso, problemas en sus relaciones, accidentes viales y relaciones sexuales de alto riesgo. Estas conductas tienen sus propias consecuencias para la salud y seguridad de los jóvenes, que incluyen un mayor riesgo de participar en actos de violencia y de contraer enfermedades contagiosas.

Por: Dra. Julieta Sagñay

Médico Psiquiatra – Especialista en Adicciones

Tratante Consultante Externa – Instituto de Neurociencias

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