Exigir en las cosas pequeñas ayuda a que nuestros hijos vayan asimilando el valor de la autoresponsabilidad.
Exígele jugar respetando el turno o recoger un puzle al terminarlo. Exígele que se lave con calidad los dientes o que limpie bien la mesa. Ayúdale a que se percate de los detalles cuando limpia los zapatos o cuando recicla los periódicos.
Levantarse a la primera, incluso saludar cuando no tienen ganas de hacerlo son tareas que puedes exigirles con cariño y con reflexión y que conformarán una actitud de autoexigencia.
Si no les acostumbramos a exigirse a sí mismos en lo fácil, ¿cómo esperamos que lo hagan cuando la vida se lo ponga difícil?
Vía Solohijos.com