La facturación electrónica se ha convertido en una clave para la transformación digital de los negocios en América Latina.
La facturación electrónica se ha convertido en una clave para la transformación digital de los negocios en América Latina. Tras un arduo análisis, las administraciones tributarias de países como Ecuador, han apostado por el dato como el principal activo, esto, como una opción eficiente en términos operativos que permita dar respuesta a una sociedad cada vez más conectada y que reclama servicios de valor en todos los ámbitos.
Un cambio de paradigma que da como resultado administraciones orientadas al ciudadano, con una visión 360º de sus necesidades y beneficios, donde los servicios que se ofrecen al contribuyente se personalizan en función de los datos recabados, otorgando una simplificación de los sistemas. La disposición de información de calidad, homogeneizada y accesible ofrece al ciudadano una mayor facilidad al momento de gestionar trámites tributarios, pues significa independencia sobre el canal por el cual se genera.
Los contribuyentes exigen una atención cada vez más personalizada, autónoma, inmediata y sencilla. Y para lograrlo, el dato es un activo estratégico del que hay que extraer el máximo valor y conocimiento.
Existe la necesidad de implementar tecnologías como la automatización o la inteligencia artificial, para explotar los datos y convertirlos en un activo transformador dentro de las organizaciones.
El particular empleo de una estrategia centrada en el dato como base de la facturación electrónica, favorece además la reducción de errores en la emisión de comprobantes y la prevención del fraude.
No puede haber evolución sin las personas. La tecnología es la herramienta, pero es el capital humano el que debe ser habilitador del cambio. Es preciso ofrecer las aplicaciones necesarias para facilitar su labor y adaptación, para incentivar el avance hacia un Gobierno del Dato inteligente, con procesos más resilientes y cercanos al ciudadano.
Crecer en la nube: la nueva revolución
El Gobierno del Dato cobrará mayor importancia a medida que avance la digitalización de los Servicios Públicos, convirtiéndose en un elemento tractor, e ineludible, en la transformación para la gestión de tributos.
Su relevancia se une además al crecimiento de los servicios en la nube y supone un punto de inflexión para la creación de sistemas que sean más resilientes y adaptables, algo básico en la administración.
En este sentido, cabe recordar que la migración al cloud aporta importantes beneficios, como la optimización de costes y la dotación de flexibilidad en las infraestructuras tecnológicas. Asimismo, garantiza la respuesta a la demanda en escalabilidad y agilidad; impulsa la innovación y el desarrollo de nuevos modelos de operación, e implica una seguridad intrínseca que garantiza la disponibilidad de los servicios al cliente final en entornos seguros, premisa que es aún más crítica en el ámbito tributario.
Garantizar esa migración en un entorno de seguridad es el paso necesario para alcanzar el éxito. De hecho, las administraciones que decidan acometer la migración ahora, tendrán ya un gran camino recorrido para el futuro. Es importante ir ganando en competitividad y capacidad de innovación, dotando a los procesos de una protección sólida que genere confianza y asegure el acceso y protección de la información, así como garantías de operación dentro de un entorno de soberanía digital, confianza y seguridad.
La falta de recursos humanos, la obsolescencia tecnológica o los miedos para adaptar los procesos más críticos son sus principales limitaciones de la implementación de la facturación electrónica y migración de datos de valor a la nube.
Fuente: Juan Eduardo Sánchez, responsable del Centro de Excelencia de Tributos en Minsait.
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