Los abuelitos, ese tesoro que sigue dándonos su apoyo y cariño.
Para las familias que tienen la suerte de contar con abuelos, ya sean maternos o paternos, es un alivio saber que tenemos a alguien de confianza que puede engreír y cuidar a los chicos. En estos momentos en que los papás tienen que ausentarse, como aquella boda a la que no pueden faltar, el viaje de trabajo, la reunión que se alargó o el evento del colegio que coincide con la sesión de cierre del negocio, es bueno saber que los abuelitos están ahí para ayudarnos.
Amor hacia ellos
Cuando es hora de ir a visitar a los abuelitos las reacciones pueden variar de familia en familia. Sin importar cuál sea su genio o personalidad, siempre debemos inculcar en nuestros hijos el amor y respeto hacia ellos. Por eso incluyámoslos en las actividades que realizamos en el diario vivir: esa llamada cotidiana, en la oración de la noche, la tarjetita cuando los chicos se ponen artísticos, etc.
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Todos recordamos las visitas a casa de los abuelos, definitivamente estas memorias pueden ser muy diferentes de acuerdo a cada persona. Para unos era tener que comerse toda la comida para que la abuela no te sirva otro plato, o todo lo contrario, no ver sopa en todo el fin de semana gracias a ella. Los juegos de mesa con el abuelo, las aventuras y las travesuras con los primos cuando los dejaban a todos juntos haciendo pijamada. Estos son momentos que jamás se borrarán y se convertirán en tesoros que siempre formarán parte de nuestro ser.
Normas y reglas como en casa
A pesar de todos los beneficios que supone poder contar con los abuelitos, es necesario que los padres tomen en cuenta ciertas recomendaciones cuando se planifica una visita larga. Sobre todo si incluye quedarse a dormir:
Hábitos: vale la pena hacer un pequeño horario de las cosas que no son negociables como, dejar el celular de lado a la hora de comer o cepillarse los dientes antes de dormir. En caso de ser pequeños, comer solo (si ya lo ha logrado hacer), entre otras.
Responsabilidades: la mayoría de los abuelitos quieren tratar a los nietos como reyes, pero los chicos deben comprender que, por muy jóvenes que sean los abuelos, son los miembros mayores de la familia y necesitan cuidados y ayuda. Encargarse de sacar la basura, llevar los platos a la cocina, son algunas responsabilidades que los chicos pueden asumir antes de que los abuelos se lo pidan.
Proponer actividades: es muy buena idea pedirle a los niños que piensen en juegos sencillos o actividades que quieran mostrarles o hacer con los abuelitos. Por ejemplo, sembrar plantas, armar rompecabezas, practicar cómo usar algún dispositivo, leer un cuento que disfruten, etc.
Elegir nuestras batallas: aunque esté de último, no es lo menos importante, porque es clave para mantener una buena relación. Esto debe ser tomado en cuenta por todos: padres, hijos y abuelos, ya que cada generación tiene sus características y creencias que muchas veces se contraponen totalmente.
Que el fin de semana con los abuelos sea un momento de deleite para todos. No permitamos que nuestros hijos les falten el respeto, al contrario, inculquemos en ellos la obediencia a sus mayores. Si bien los abuelos están para engreir, merecen ser tratados con amor, con mucho amor.
Por: Claudia Rivera
Licenciada en Educación Inicial Bilingüe