Compartir:

“El focusing puede llevar a la oración. Ir donde está Dios, en mi interior, esa presencia que me habita”.

La abadesa benedictina María del Mar Albajar habla sobre espiritualidad, focusing y oración
En tiempos de confinamiento, cultivar la interioridad puede ser útil y benéfico. Una técnica que puede ayudar es la llamada “focusing”, de la cual ha hablado en una videoconferencia la madre María del Mar Albajar, osb: “El focusing puede llevar a la oración. Ir donde está Dios, en mi interior, esa presencia que me habita”.

El focusing es una herramienta de escucha corporal que ayuda a prestar atención a la sabiduría interior. La religiosa Albajar la usa para conectar con la interioridad y abrirse a la espiritualidad cristiana.

La idea es “que mi crecimiento ayude a crecer a los demás” y ser conscientes que “nos falta confianza en nosotros mismo, nos identificamos con las emociones o la racionalidad y somos mucho más”.

 

 

La técnica del focusing

María del Mar Albajar, osb, economista, teóloga, maestra de canto, es la abadesa de la comunidad benedictina de Sant Benet en la montaña de Montserrat, de la diócesis catalana de Sant Feliu de Llobregat en España. Esta religiosa recuerda que las personas “nacemos ya amadas” y que “aprendemos a reconocernos gracias al otro”.

La técnica del “focusing no es muy conocida”, proviene de la filosofía y no es, pues, una moda New Age, puntualiza la abadesa en el marco de la sesión online organizada por el Observatorio Blanquerna de Comunicación, Religión y Cultura, la Universidad de la Mística de Ávila y Aleteia.org.

“Se trata de conectar con nuestro interior y sabiduría, de escuchar quién somos realmente”, considera esta monja benedictina.

“Todo ser vivo cuenta con una corriente vital que le empuja al conocimiento”, añade, y resalta que es importante encontrar la manera de conectar con uno mismo para que esto nos ayude.

No se trata de sentirse bien interiormente, lo que sería meramente “el ego”, aclaró la abadesa, en ese caso nuestro yo profundo acabaría encerrándonos. Se trata, por el contrario, de conectarnos con toda la creación.

“Se trata de escucharnos con profundidad, de la afirmación y aceptación de lo que pensamos y sentimos. Es el yo pensante, la huella que la vida deja en mí”, afirma.

Esta teóloga considera que “en nuestro interior conectamos con nosotros mismos, sin ser juzgados. Nos afinamos como un instrumento, nos conocemos y conocemos a Dios”.

 

 

Escucharnos

María del Mar Albajar cree que “al aceptarnos y compartir quiénes somos, conectamos más con nuestra comunidad”.

Para ella, “un aspecto bonito de estos tiempos de confinamiento es el hecho de que, al limitar nuestro horizonte, hemos escuchado a nuestro corazón”.

Para la abadesa, “el valor del silencio en este proceso es indispensable”.

En este sentido, la madre abadesa propone algunos textos, desde San Agustín a San Juan de la Cruz, para encontrar siempre “a ese Dios que nos acompaña, que nos habita”.

“No se trata de vivir la experiencia de Santa Teresa o de San Juan de la cruz, sino que su experiencia me ayude a conectar con la mía”, puntualiza.

 

 

Escrito por: Miriam Díez Bosch, vía Aleteia.

 

 

Compartir: