Conoce las tres principales formas en que las empresas pueden capitalizar sus utilidades.
Mucho se dice sobre las alternativas que tienen los trabajadores asalariados que reciben utilidades en este mes del año. Sin embargo, pocas veces se abordan las opciones que tienen las empresas que, tras haber tenido un año productivo y de buenos resultados, pueden revisar opciones que les permitan sacar el mayor provecho a sus ganancias.
La manera en que las empresas generan ingresos es a través de sus activos; por lo tanto, si incrementan sus activos, no solo aumenta su patrimonio, sino también su fuente de ingresos.
Consideraciones importantes en referencia a las utilidades de empresas
Previo a definir el porcentaje de capitalización, las empresas deben hacer un análisis interno en función del crecimiento de sus ingresos proyectados. Con un balance adecuado, se podrá crecer con un nivel de riesgo prudente. En este punto, es esencial alinear esta decisión con los objetivos de los accionistas.
La planificación financiera será el aspecto más relevante en este proceso. No se trata de invertir por invertir, sino de definir el propósito de la empresa a largo plazo y, según eso, encontrar la mejor opción de inversión.
La capitalización de las utilidades permitirá un crecimiento sostenible de la empresa, además de la creación de plazas de trabajo, ampliación de sus operaciones y obtención de nuevos financiamientos.
Como en cualquier estrategia de negocios, siempre existen riesgos financieros, y por esa razón, la capitalización debe estar basada en un buen análisis, que permita reducir al máximo estas amenazas a futuro. En ese sentido, la experiencia de un equipo humano le permite a las empresas contar con una asesoría comercial acertada, que incluye el análisis detallado de los negocios y el amplio conocimiento de cada cliente, para identificar riesgos oportunamente.
Alternativas de capitalización
Dependiendo del tipo de empresa y de sus proyectos a futuro, existen varias alternativas para rentabilizar sus utilidades. Algunas de ellas son:
Adquirir activos y tecnología. Esta es una opción ideal para las empresas que desean ampliar su producción. Si la inclinación es hacia este tipo de inversión, el primer paso es identificar cuáles son los activos son requeridos, luego evaluar sus costos y el periodo de depreciación, y en caso de que se necesite financiamiento adicional, analizar qué entidad financiera se ajusta mejor a las necesidades particulares que tengan. Entre las inversiones más comunes están:
- Terrenos
- Edificios
- Maquinaria
- Hardware
- Softwares
- Sistemas de seguridad informática
De la mano de nuestros asesores, buscaremos orientar nuevas inversiones en activos fijos o capital de trabajo, a través de financiamiento basado en el entendimiento de las proyecciones de nuestros clientes.
Pagar deudas
Si, por el contrario, la empresa desea mejorar sus indicadores para posteriormente acceder a otro tipo de financiamiento, las utilidades deberían destinarse al pago de deudas. Esto es especialmente estratégico para las compañías que no han podido pagar deudas previas, y por ende, se encuentran en riesgo de verse en la obligación de vender activos o, en un escenario aún peor, tener que declararse en quiebra. Eso puede tener un impacto negativo en su puntaje crediticio y en su reputación corporativa.
Invertir en un depósito a plazo fijo (DPF)
El DPF es un producto financiero que permite a la empresa depositar una cantidad determinada de sus utilidades en la entidad financiera de su preferencia durante un tiempo específico, a cambio de una remuneración que se calcula en función de una tasa de interés fijada previamente. Sin lugar a duda, este es un mecanismo mediante el cual la compañía podrá priorizar su futuro, con una perspectiva a largo plazo.
Fuente: Andrea Torres, Gerente de Sucursal de Banco ProCredit.
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