Para estos abuelos no hay nadie quien reemplace un fin de semana con sus nietos.
Hace 19 años iniciaron este camino al que describen como “emocionante y estresante por momentos”. Gilberto y Silvia son abuelos de 11 nietos: nueve viven en Ecuador y dos, que son gemelas, en Estados Unidos. Dicen que no es una lista larga, anhelan tener aún más porque “ser abuelo es algo que no se puede explicar, lo transporta a uno a otra dimensión”, nos cuenta Gilberto quien se considera un abuelito cariñoso.
‘Abu’ y ‘Bebella’, como los llaman, son agradecidos y felices por tener una familia como la suya. Ver su casa llena no es nada extraño los fines de semana. Las pijamadas, los almuerzos familiares y las presentaciones de baile de sus nietas en el teatro, son las actividades que estos abuelos más disfrutan, lo que les ha permitido aprovechar el cariño de sus nietos.
La relación con los nietos enriquece a los abuelos
Involucrarse en sus actividades escolares y organizar viajes juntos, ha enriquecido sus vínculos familiares. “Cada nieto tiene diferentes experiencias que entregarnos, tratamos de darle tiempo a cada uno, compartir momentos que son parte esencial de nuestras vidas”, señala Silvia.
Desde que nació su primer nieto, Pedro José, no tienen prisa en armar planes los fines de semana. Nada supera una visita de los nueve a su casa un domingo o el apoyo que sus hijas les piden cuando necesitan que se queden con ellos. Tenerlos en casa, definitivamente, es su programa preferido porque “la relación con los nietos enriquece a los abuelos, nos devuelve ese tiempo cuando teníamos a nuestros hijos pequeños”, afirma Silvia.
Una de las experiencias que ella recuerda con emoción, fue cuando durante una terapia respiratoria, de uno de sus pequeños, logró tranquilizarlo mientras le narraba el cuento de la Caperucita Roja. “¡Se tranquilizó en mis brazos! Con la mamá hubiera sido diferente, ella le hubiera dicho tienes que hacer la terapia y punto; pero uno con los nietos es distinto”.
Esta pareja de abuelos mantiene una vida activa y llena de responsabilidades, pero para ellos no hay mejor momento que estar con sus nietos.
Por: Solange Córdova
Estudiante de Comunicación
