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No tienes que ser una mamá superdotada, ni prodigiosa. Ni exigirte al máximo, ni hacer de todo y ni hacerlo bien: criar niños prodigio, tener un aspecto fabuloso, ganar un buen sueldo, mantener la casa inmaculada, ser la esposa perfecta.

Las madres son como son, con sus virtudes y errores. Aceptarte a ti misma, tal y como eres, te hará la vida más feliz. Y aquí te dejamos varios hábitos que te ayudarán en esa misión.

Valórate como madre

Una forma de valorarte a ti misma es haciendo una lista de las cosas que realmente sabes hacer bien: escribe lo que eres, lo que te gusta y con lo que sueñas. Y, cuando tengas pensamientos negativos, piensa en esas cosas positivas.

Ten otro aspecto en cuenta: las madres que no tratan de impresionar a nadie son más felices, por el contrario, aquellas que se dan aires suelen ser más inseguras y no se sienten completas. Acéptate cómo eres, con humildad, y no trates de aparentar ni de impresionar a nadie. Te sentirás más cómoda.

Cuida tus amistades verdaderas

Querer a una amiga supone interrumpir el trabajo cuando ella tiene un problema; escucharla cuando estemos súper ocupadas; salir en su defensa, aunque estemos enfadas con ella. Trabajar la amistad es un hábito.

Deja de competir con otras mamás

La envidia y los celos se desatan en muchas mujeres cuando ven a otra madre que parece haber encontrado el equilibrio y la felicidad. Y a la vez sienten que quieren aprender de ella. Hay que dejar de competir con otras madres.

Crea una relación sana con el dinero

Tener una relación sana con el dinero es fundamental para un buen equilibrio. Piensa que:

  • El dinero no te da la seguridad, sino la confianza en ti misma y en tus seres queridos. Gasta tus energías en ellos.
  • Pregúntate por qué abres la cartera: si realmente compras un artículo por necesidad o porque tu mejor amiga también lo tiene.
  • Busca la alegría en casa, no en el dinero.

 Busca tiempo para la soledad

Si bien las madres necesitan a los hijos, la pareja, la familia, las amigas, etc., también requieren de sus momentos de soledad. Esto les sabe a gloria:

  • Busca un lugar para estar sola, y hazlo saber.
  • Intenta tranquilizar tu mente: no pienses en todas las cosas que deberías estar haciendo, déjalo para más tarde.
  • Profundiza: Aprender a esperar las respuestas y la paz.

La esperanza es una decisión: ¡tómala!

El secreto para ser feliz es mantener viva la llama de la esperanza. Para lograrlo intenta: fomentar una actitud de agradecimiento, aprender a confiar, esperar que lleguen cosas buenas y plantar cara al pensamiento negativo.

Valora la fe

Todos creemos en algo. Así que la pregunta más importante es en qué debemos creer y por qué. Por eso, si la fe es una parte importante de nuestra experiencia diaria por qué no le prestamos más atención.

 

Vía: LaFamilia.info

 

 

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