El populismo se ha convertido en un tipo de gobierno que hoy predomina en Latinoamérica.
A partir de la crisis financiera de 1999, nuestro país desfiló entre políticos improvisados y gobiernos corruptos sin proyecto nacional bajo el brazo.
El Foro de Sao Paulo patea el tablero político latinoamericano en 1990, agrupando a partidos y grupos de izquierda latinoamericanos, fundado por el Partido de los Trabajadores de Brasil.
El 1 de enero de 1959, el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Fidel Castro entró triunfante a Santiago de Cuba, declarándola capital provisional de Cuba.
El ruso Vladimir Lenin gracias a su conjunto de teorías políticas, económicas y filosóficas dentro del marxismo logra el derrocamiento del régimen zarista e instaura la revolución rusa entre febrero y octubre de 1917.
Y finalmente, todo empieza con Karl Marx, Friedrich Engels, Robert Owen y un sin número de filósofos, teóricos y políticos que fueron dando forma tanto al socialismo como al comunismo.
Hoy diciembre del 2014, diversas circunstancias se configuraron para que las ideas de estos últimos se propaguen y se eternicen por toda Latinoamérica; y con el fenómeno de “Podemos” en España, se internacionalicen.
Cómo Latinoamérica terminó en manos del populismo es un tema de extenso análisis, pero menciono las estrategias más importantes que contribuyeron su permanencia:
- Canalización del malestar ciudadano en una construcción positiva. Este resentimiento ha generado chivos expiatorios: medios de comunicación, partidos políticos tradicionales, banqueros. La “ira ciudadana” es encarnada por los políticos en el ejercicio del poder.
- Canalizar los movimientos sociales a partir de la inestabilidad democrática acontecida por los pésimos gobiernos liberales de los 90´s. En nuestro país, el más claro ejemplo, fue el gobierno de Jamil Mahuad.
- Se impone la voluntad anti hegemónica, por ejemplo, el discurso del populismo, utiliza a los Estados Unidos como principal blanco de los discursos anti hegemónicos.
- Ocupación de los medios de comunicación. En países de nuestra región es evidente que la agenda de los gobiernos populistas ya no es ocupar los medios de comunicación, sino adueñarse de ellos y de la información que éstos publican.
- Un mensaje muy simple. El discurso de los líderes latinoamericanos escapa de la retórica densa y abstracta por mensajes que obnubilan a través de palabras simples y concretas.
- Paquetes ideológicos. Las propuestas de los candidatos tratan de atraer al mayor número de votantes. Su mensaje se limita a cuatro o cinco ideas que pueden ser compartidas por individuos ideológicamente impares: derecho a la vida, lucha contra la corrupción, defensa de la soberanía.
- Ideología que apela a la participación de la ciudadanía. El discurso se centra en el empoderamiento de la ciudadanía como artífice de la democracia y verdadero mandante del gobierno.
- Discurso de ruptura histórica. Todo lo anterior al gobierno populista es demonizado y tratado con adjetivos descalificadores.
Todo esto unido a la presencia carismática de los líderes, ha impulsado que los gobiernos de izquierda se hayan pasado de la vereda de la lucha guerrillera a la administración de los países por la vía democrática. Estrategias trazadas, dicen los entendidos desde el Foro de Sao Paulo.
Hace tiempo que Latinoamérica entró a una nueva fase de comunicación política. Una fase donde el Storytelling (contar una historia relacionada con el candidato) es fundamental para su tramado político. Estas historias de vida despiertan emoción o simpatía en el público. Los elementos que componen la “historia de vida” del candidato son cinco o seis hitos, sencillos, sin grandes florituras.
Hemos dejado de tener presidentes de la élite y clases ricas para tener presidentes “cercanos” a nosotros. Ha llegado la era de la personalización. Los líderes populistas se han preparado durante decenas de años para quedarse en el poder y no lo soltarán tan de prisa. Talvez nos falte la paciencia o nos sobre la impaciencia. Lo único cierto que sus estrategias están dando resultados y si alguien puede predecir hasta cuando seremos gobernados por el populismo, tendrá que decirlo en voz baja.
Por: Andrés Elías