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Universitarios y profesionales se asocian para ayudar a los más necesitados. 
Huellas
Francisco Hidalgo, Melissa Durán, Andrés Merino, Diana Estrada y Juan Fernando Carrión, buscan ayudar mensualmente a un sector vulnerable de la ciudad.

La sonrisa inquieta de los más pequeños, el abrazo de una mamá emocionada o la alegría de la familia que por primera vez tiene un hogar propio, son el único pago que anhelan los integrantes del grupo Huellas.

Con la idea de utilizar sus dones y conocimientos para el bien de la sociedad, Francisco -Pancho- Hidalgo, Juan Fernando Carrión y Andrés Merino, decidieron unirse en noviembre pasado para conformar un grupo de ayuda al prójimo.

“Huellas nace de un conjunto de ideas de estudiantes y profesionales que decidimos poner nuestro granito de arena. Los jóvenes somos los indicados para implementar un cambio”, asegura Pancho, quien es egresado de Ingeniería Civil.

Andrés Merino es abogado y tenía la idea de brindar capacitaciones jurídicas gratuitas en sectores de escasos recursos. Por su parte, Juan Fernando y Pancho, han participado activamente en grupos de ayuda social, ya sea dando de comer en las calles o armando casas. “Nos encontrábamos en un momento en donde no nos satisfacía lo que hacíamos. Queríamos hacer algo más”, dice Juan Fernando.

Su primera actividad fue en diciembre: repartieron 200 canastas de comida en varios recintos a las afueras de la ciudad. Diana Estrada y Diana Loor se unieron al grupo como voluntarias y los chicos les propusieron ser parte de los organizadores. En febrero de este año, Melissa Durán fue la última en unírseles y nos cuenta: “viajé al África y siempre hice labor social en mi universidad”. Actualmente es gerente de Marketing de una compañía de envases y empaques plásticos.

Estos seis jóvenes realizan una actividad mensual en donde benefician a un sector que necesite ayuda. “Hemos realizado fiestas para niños, entregas de kits de educación, alimentos, la construcción de una biblioteca, pintado recintos y fachadas, decorado jardines de niños y armado casas. Todo con el fin de ayudar a quienes más lo necesitan”, comenta Andrés.

Un proyecto autosustentable

En mayo se llevó a cabo la recolección en las calles y con lo recaudado construyeron 4 casas.

Como todo emprendimiento, cuando lo iniciaron tuvieron problemas de logística, organización y financiamiento. “Al comienzo éramos 30 personas y nunca llegábamos a un consenso. También empezamos aportando con dinero de nuestros bolsillos y pronto nos dimos cuenta que debíamos ser un proyecto autosustentable”, afirma Pancho.

Con el pasar de los meses, varias empresas vieron su determinación y decidieron ayudarlos con kits, préstamos de lugares para fiestas, animación de eventos, entre otras cosas. “Muchos nos han ayudado. Pero lo que más queremos es que se involucren y formen parte de esto. Hubo colectas y pulgueros que hicimos con metas realistas, pero es tal la ayuda de la gente que pasamos de armar dos casas a construir cuatro”, recuerda Melissa.

Al inicio de clases en la Costa, se plantearon recolectar 500 libros para donarlos a estudiantes de escasos recursos. Recogieron mucho más, 3000 libros, y además construyeron una biblioteca. “Somos testigos de un vicio por el servicio, por parte de los jóvenes en la ciudad”, agrega Diana.

“No dar el pescado sino enseñar a pescar”

Huellas trabaja con 250 voluntarios divididos por ramas profesionales e intereses.

El grupo cuenta con una base de datos de 250 voluntarios universitarios y colegiales que se adhirieron de a poco a la iniciativa. “Nos hemos manejado mucho por medio de redes sociales, ya que es lo que más llega a los jóvenes. La acogida ha sido grande y ya tenemos más de 1000 seguidores en Instagram”, asegura Diana Loor, que estudia Publicidad.

Pero su misión no es solo dar cosas tangibles. “Como grupo somos conscientes que no debemos dar el pescado, si no enseñarles a pescar, y eso es lo que hacemos: los capacitamos”, asegura Juan Fernando, su visión es poder ayudar a las comunidades en sus negocios con capacitaciones para que progresen y tengan un mejor ingreso.

Todos son católicos, pero el grupo no hace distinciones religiosas ni políticas y “si Dios se presenta es a través de los voluntarios y beneficiarios”, asegura Francisco. Ellos han salido a practicar lo que dice el Evangelio.

¡Deja tu huella! El grupo invita a todos los interesados en ayudar a que los contacten y formen parte de su base de datos para futuros proyectos. Puedes hacerlo vía Instagram o Facebook en sus cuentas oficiales.

Instagram: @huellasecuador
Facebook: Movimiento juvenil huellas
Mail: huellasecu@gmail.com

 

 logo facom 3   Video diseñado y producido por Facultad de Comunicación UEES

 

Por Juan Felipe Torres

Editor

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