Las redes sociales pueden causar problemas cuando no son manejadas con responsabilidad, los padres deben ser guías para que sus hijos no suban contenidos inapropiados.
Hoy los niños y jóvenes menores de 18 años se enfrentan a un desafío que no tuvieron sus padres a su edad: deben aprender a gestionar su identidad digital y hacerse cargo de su reputación online por los próximos años que les queda de vida.
Esta es la primera generación que tendrá toda su vida colgada en las redes sociales. De la identidad digital que logren gestionar hoy, depende en gran medida su vida laboral, personal y social a futuro. Sin embargo, la brecha digital que existe con las generaciones anteriores dificulta el diálogo necesario para educar en el uso de tecnologías.
La identidad digital se define como el rastro que cada usuario deja en la web como resultado de su relación con otros usuarios o de la publicación de sus propios contenidos. Las acciones, constituyen también parte de nuestra identidad por lo que dejamos de hacer. Los datos, por supuesto, nos identifican. También las imágenes, su contexto y el lugar donde estén accesibles proporcionan nuestro perfil online. En definitiva, sean o no usuarios de internet, todos tienen una identidad digital que cuidar y gestionar.
COMO TE VEN, TE MIRAN
Los niños y jóvenes hoy tienen una identidad digital que gestionar por una buena cantidad de años, es importante que los padres les ayuden a comprender la importancia que esto tiene para su vida personal y profesional. Estas son ideas a tratar con los hijos:
1. Desde el momento que se publica un contenido en la web, éste será interpretado de tantas maneras diferentes como personas lo vean. Antes de publicar, es importante chequear si esto podría exponernos a críticas, comentarios o apreciaciones que pudieran afectar negativamente nuestra imagen.
2. El mensaje de cada foto o selfie. Cada imagen lleva consigo un relato o mensaje que dar a quien la vea. Se debe enseñar a los hijos a leer la información que trae implícita una imagen.
3. El respeto y autocuidado. Si los usuarios jóvenes comprenden la importancia que tiene el cuidar su imagen digital, serán cuidadosos de lo que publican en la web, y es necesario que sean respetuosos con la imagen e identidad digital de los demás.
4. Privacidad y huella digital. Son tantos los momentos vividos que queremos registrar que muchas veces no reparamos dónde los registramos. No usemos las redes sociales como álbumes ni repositorios fotográficos familiares ya que según uno mismo lo autorizó, este tipo de servicios webs están autorizados para extraer toda la información que requieran desde sus datos. Principalmente dónde ha estado, con quiénes, hora, lugar y preferencias e intereses. La información es poder, y el poder es dinero. Mientras uno más publique, más se enriquecen las redes sociales con nuestros datos personales.
5. Vínculos sanos. Una de las medidas de seguridad más útiles es vincularse en las redes sociales de los hijos, pero tomando una actitud discreta sin invadir sus vidas. Esto les ayuda a moderarse.
Vía: Hacer Familia