En el marco de la Cuarta Cumbre Internacional de Empresas Familiares realizada en Quito y Guayaquil, conversamos con la presidenta y gerente administrativa de ILE, Amada Godoy Ruiz, sobre cómo nace la Industria Lojana de Especería, una empresa familiar con más de 45 años.
La Industria Lojana de Especería (ILE), nace como un emprendimiento muy personal de Manuel Esteban Godoy y Blanca Ruiz, bajo la visión principal de entregarle a las amas de casa un producto sazonador saludable que facilite la labor de la cocina. En sus inicios esta iniciativa surgió como un proceso muy manual y artesanal que se fortaleció gracias al ímpetu de no quedarse en un negocio casero, sino progresar hacia la industrialización.
El trabajador, el benefactor, el forjador de la Industria Lojana
Hace 45 años, el sueño de Manuel Esteban Godoy, un hombre que apenas pudo llegar a la educación básica, inició. Con una infancia dura, ya que tuvo que trabajar para mantener a su familia, Godoy empieza a buscar cómo automatizar, su negocio de especias, creando su propia maquinaria. Con el apoyo de su esposa, Blanca Ruiz, quien lo ayudaba con la parte administrativa formaron el equipo perfecto y así el negocio fue creciendo. Con 10 hijos, la tarea fue bastante dura, comenta su hija Amada, sin embargo, ILE empezó a ser una de las principales fuentes de trabajo del sector.
Actualmente ILE, se ha expandido internacionalmente a nuevos mercados, Como EE.UU., España y Chile, con una proyección de llegar a los hogares de muchas más personas en el mundo, manteniendo la visión de Godoy padre de progresar.
Familia grande, necesita un patrimonio grande
Amada Godoy nos comenta que “lo importante fue el involucramiento, en nuestro caso, a temprana edad de todos”, para de esta forma construir junto a su padre la visión que tenían de la empresa. Añade que de acuerdo a la edad que tenían les encargaban ciertas responsabilidades, “eso para mí, es lo que crea el feeling, el amor y el seguir adelante para luego de estos años, quede constituida la empresa”.
Si bien no todos están involucrados en la empresa, 7 de los 10 hermanos sí lo están, además de 14 miembros de la tercera generación.
Mantener los valores en el mundo actual
Aunque existen diferencias generacionales, Amada resalta que “los valores y los principios no cambian”, ella menciona que, si bien las palabras o los momentos pueden cambiar, el fondo siempre será el mismo. “Los valores y el legado que recibimos de nuestros padres era hacer productos sanos, que todo el mundo pueda comer, lo que hoy llamamos productos orgánicos y saludables; que lo hagamos con amor al prójimo, lo que hoy llamamos responsabilidad social: que cuidemos y respetemos de la naturaleza, lo que hoy es el cuidado ambiental; y el comercio justo, que es el bien común”, comenta. Si bien todos estos valores fueron trasmitidos por su padre, ahora esto le toca lograr a las futuras generaciones.
Lo fundamental de la empresa familiar
El respeto al negocio ha sido el motor de esta familia, quienes han logrado mediante la creación de una cultura empresarial planificar estratégicamente las directrices que se quieren para el negocio. Amada menciona que es importante establecer “qué es lo que queremos del negocio, a dónde lo queremos llevar y acrecentar el patrimonio, de esta forma todos se pueden ceñir a la planificación e involucrarse, pero sobre todo resalta la importancia de cumplir: “hemos trasmitido que en el trabajo hay que responder, ser formal, así como y le exijo a un externo, el familiar tiene que cumplir, respetando siempre a las jerarquías”.
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Por: Carol Arosemena A.
Máster en Comunicación y Educación.