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¿Sabías que nuestra alimentación puede influir en nuestro estado de ánimo y por ende en nuestra salud mental?

Se ha evidenciado mediante estudios científicos que la nutrición y la salud mental tienen relación directa, es decir, que un alto consumo de alimentos procesados, azúcares y grasas se asocian a desequilibrios emocionales e incluso a cuadros depresivos, mientras que el consumo de frutas, verduras y pescado ayuda al equilibrio emocional.

Nuestro cerebro requiere de nutrientes y energía para mantener la integridad funcional y estructural de las neuronas, por lo tanto, los alimentos que incluimos en nuestra dieta deben ayudarnos a reducir el riesgo de aparición de trastornos y patologías mentales, como: depresión, ansiedad, esquizofrenia, trastorno bipolar, Alzheimer, demencia y trastornos de la conducta alimentaria, teniendo en cuenta que una adecuada nutrición nos ayuda a disminuir el envejecimiento, inflamación y deterioro cognitivo.

Tal es así, que un grupo de investigadores de las universidades neoyorquinas de Binghamton y Stony Brook, publicado recientemente en la revista Nutrients. Tras seguir durante cinco años a más de 2.600 participantes de cuatro continentes, el documento revela que una alimentación sana, como sucede con la dieta mediterránea, puede reducir el riesgo de depresión.

 

 

Beneficios de la dieta mediterránea en nuestra salud mental

La dieta mediterránea es una forma de alimentación basada en las cocinas tradicionales de Grecia, Italia y países que bordean el mar mediterráneo, es rica en alimentos naturales como frutas, vegetales, cereales integrales, legumbres, frutos secos, aceite de oliva extra virgen, semillas, hierbas y especias. Se incluyen en moderación pescado, mariscos, lácteos, vino y carne de aves, por lo que, las carnes rojas y los dulces se comen ocasionalmente.

Es una dieta antiinflamatoria que disminuye los niveles de lípidos (colesterol y triglicéridos) en sangre, controla los niveles de azúcar en sangre, reduce el riesgo de accidentes cerebrovasculares e insuficiencias cardiacas mejorando la salud del corazón y cerebro. Al tener bajo consumo de alimentos procesados y un buen balance de nutrientes la hace ideal para mantener una buena salud física, mental y emocional, teniendo en consideración que esta dieta debe realizarse con la guía de un profesional para ajustarse a las necesidades individuales de cada persona según el caso clínico.

 

 

Hábitos a tener en cuenta

Entre los hábitos a considerar para tener una buena nutrición que cuide nuestra salud mental destacan:

  • Dieta rica en nutrientes como ácidos grasos omega 3, ácido fólico, vitamina D, magnesio, vitaminas del complejo B y triptófano.
  • Mantener horarios ordenados de comidas y sueño.
  • Restringir el alcohol.
  • Evitar el cigarrillo.
  • Controlar el nivel de estrés.
  • Limitar el consumo de aparatos electrónicos por las noches.
  • Hacer ejercicio de forma regular, preferible en el día.
  • Cuidar la salud de nuestro microbioma con alimentos ricos en probióticos.
  • Tomar sol y tener contacto con la naturaleza.
  • Ejercitar la mente con la lectura frecuente.
  • Mantenerse hidratado con agua.
  • Cuidar nuestros pensamientos y relaciones sociales.

Una parte de la nutrición para nuestro cerebro está en lo que comemos, pero también influyen los demás hábitos previamente mencionados, ya que todo se conecta para lograr una salud integral. Todos nuestros hábitos deben estar compaginados y equilibrados en base a lo que nuestro organismo necesita y le hace bien, partiendo del conocimiento personal de cada uno.

En conclusión, todo lo que hacemos, decimos, pensamos, sentimos y lo que no también cuenta para que el impacto nutricional para nuestro cerebro sea lo más beneficioso o lo que nos lleve a enfermar.

 

 

Escrito por: Melissa Coto, Nutricionista. IG: melcoto_

 

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