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La vitamina D ayuda a absorber el calcio y fósforo en el intestino. Además, es fundamental para el buen funcionamiento del sistema inmunitario.

La importancia de la vitamina D ha venido en aumento a medida que la información y evidencia en investigaciones, han demostrado su beneficio para la prevención de enfermedades crónicas y su uso como parte del tratamiento de las mismas.

Hoy en día se sabe que la vitamina D es una hormona indispensable para la absorción del calcio y en consecuencia para el desarrollo y mantenimiento de huesos fuertes, sin embargo, actualmente hay personas que tienen niveles bajos de vitamina D en sangre, lo cual surge por falta de exposición solar, escaso consumo de alimentos con vitamina D en la alimentación y ciertas enfermedades crónicas.

 

 

Función de la vitamina D

Una de las funciones principales de la vitamina D es que actúa en la regulación del metabolismo del calcio y del metabolismo óseo, se produce en la piel a través de la acción de los rayos solares y la podemos consumir en alimentos, como: trucha, salmón, atún, aceite de hígado de pescado, hígado de ganado vacuno, yema de huevo, queso y champiñones.

La forma activa de la vitamina D3 (colecalciferol) se une a receptores específicos presentes en las células de la mucosa intestinal, donde actúa favoreciendo la absorción del calcio, el cual junto con el fósforo es indispensable en la formación de huesos sanos, también favorece la mineralización ósea y aumenta a reabsorción de calcio a nivel renal, por lo tanto, una baja concentración de vitamina D en sangre puede afectar el metabolismo del calcio y fósforo y en consecuencia trastornos en el metabolismo óseo, es decir la baja absorción de calcio en el intestino causa mayor movilización del calcio desde el tejido óseo (descalcificación), lo cual lleva a la reducción de densidad ósea y aumenta el riesgo de fracturas.

 

 

Suplementación

Las consecuencias de una baja cantidad de vitamina D en sangre puede favorecer el desarrollo de enfermedades como osteoporosis, osteomalacia en personas adultas, deformación ósea y raquitismo en niños.

La suplementación en caso de deficiencias de vitamina D es como vitamina D3, la cual es liposoluble por lo que es preferible consumirla con una comida que contenga grasa saludable.

Los niveles séricos recomendados serían de 50 – 75 nmol/l, se convierte en una deficiencia cuando los niveles se encuentran menores al rango inferior y es necesario suplementar. También se podría suplementar vitamina D3 + K2 juntas para una mejor fijación del calcio en los huesos, ya que la vitamina K2 ayuda a conducir el calcio desde el torrente sanguíneo a los huesos, impidiendo que se acumule en los vasos sanguíneos, aumenta la formación del hueso, mejora la acumulación de osteocalcina en las células y aumenta la densidad ósea.

 

VITAMINA D 2

 

Consideraciones nutricionales

La vitamina D juega un rol muy importante en la salud de nuestro organismo y debemos tener en cuenta que nuestros niveles en sangre estén adecuados para evitar patologías como cáncer, enfermedad cardiaca, Alzheimer, osteoporosis, trastornos mentales, como: depresión, enfermedades inflamatorias, entre otras, a su vez es necesario conocer que el consumo de esta vitamina puede proceder de alimentos que la contienen naturalmente como de alimentos fortificados con vitamina D como yogur y leches vegetales para que podamos incorporarla dentro de nuestra alimentación.

Cada organismo es distinto en cuanto a sus necesidades, metabolismo y absorción de vitaminas, ya que también depende de si está saludable o no y de la etapa de la vida que esté atravesando cada persona, lo cierto es que cuidando nuestros hábitos podremos mantener niveles adecuados de vitamina D.

 

 

Escrito por: Melissa Coto, Nutricionista. IG: melcoto_

 

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