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Algo que quizás muchos desconocemos es que existe gran influencia familiar en los hábitos de alimentación.

Hábitos son todas aquellas acciones que realizamos repetidamente cada día con un determinado propósito, estos pueden influenciar de manera positiva o negativa en nuestra salud, por lo que, debemos ser cuidadosos y conscientes de lo que estamos practicando. La etapa infantil es el momento más importante para que los padres formen a sus hijos en hábitos de alimentación saludables con una correcta educación nutricional, es decir, siendo primero ellos ejemplo de lo que enseñan para que sus hijos puedan seguirlos y obtengan como resultado una buena relación con los alimentos desde pequeños aprendiendo a escoger los alimentos según su calidad nutricional y en la cantidad necesaria.

Como padres y cuidadores de sus hijos siempre es importante preguntarse si lo que están haciendo sirve de buen ejemplo para que ellos practiquen una buena conducta alimentaria, esta es la base que todos los niños deben tener para que tengan hábitos saludables que duren toda la vida. En el acto de comer se unen la nutrición, placer, identidad, cultura, socialización, creencias y disponibilidad de los alimentos por ende varía en cada persona.

Según el enfoque de salud que los padres tengan en cuanto a alimentación y peso será la pauta con la que educarán a sus hijos, por ende, lo que influenciará para bien o para mal en ellos.

 

 

¿Cómo actuar como modelo para sus hijos en lo cotidiano?

Tú puedes ser un buen ejemplo de hábitos de alimentación saludable y más para tus hijos al:

  • Practicar hábitos saludables.
  • Comer en familia.
  • Involucrar a los hijos en la elección y preparación de alimentos.
  • Disfrutar de comer saludable y contarlo.
  • Mantener un horario de comidas.
  • No usar los alimentos como recompensa o castigo según su comportamiento.
  • Evitar categorizar los alimentos como buenos o malos.
  • Evitar la comparación entre sus hijos.
  • Ser muy delicados en las palabras al referirse a tipos de cuerpo, tallas, dietas y peso.
  • Inculcar el ejercicio como hábito saludable y no como obligación.
  • Incluir variedad de alimentos para mejorar la nutrición.
  • Respetar el hambre y saciedad, no forzar a comer.

En conclusión, los modos de alimentarse, preferencias y rechazos hacia determinados alimentos están fuertemente relacionados al entorno familiar.

Las madres son las principales responsables de la transmisión a los hijos de las pautas alimentarias que podrían prevenir enfermedades relacionadas con la nutrición, siendo así importante que los progenitores ejerzan un equilibrio entre lo permisivo y autoritario para la elección de la alimentación de los niños en aspectos como tipo, cantidad, calidad y horarios, esto tendrá su variación a medida de los niños crecen y también van formando su criterio, el cual debe mantenerse guiado por los padres y educadores. Seamos adultos sanos para poder criar hijos sanos; no olvidemos que la palabra convence, pero el ejemplo arrastra y cada acción tendrá su consecuencia.

 

 

Escrito por: Melissa Coto, Nutricionista. IG: melcoto_

 

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