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Un estudio concluyó que la amistad reduce el estrés en los niños, sobre todo en los que son constantemente marginados y aislados por el resto.

Muchas investigaciones han demostrado que los amigos, entendidos éstos, como las personas con las que hay una comunicación emocional, hacen realmente muy bien.

La holandesa Mariannne Riksen-Walraven, junto a un equipo de científicos investigó a 100 niños de nueve años. Entre las variables a evaluar estuvieron cómo eran sus amistades y si eran marginados, excluidos o victimizadas por sus compañeros. Los resultados arrojaron que los niños que efectivamente eran marginados poseían altos niveles de cortisol (hormona del estrés), pero que a lo largo del día, ésta disminuía gracias a que los niños excluidos tenían algunos amigos con los que compartían las actividades. Así, estas relaciones les mitigaba el dolor en las áreas del cerebro y se disminuía la tensión.

La neuropediatra chilena Lorena Pizarro recalca que es importante fomentar la amistad entre los niños y estrechar vínculos. “Es relevante que las experiencias sean positivas y significativamente afectivas para los niños, ya que ellas favorecen el desarrollo normal de su autoestima, así como el aprendizaje y un mejor control emocional”, y asegura que los beneficios son aún más amplios: “El apoyo emocional, la amistad y la risa, pueden tener efectos favorables en enfermedades como la hipertensión arterial, la reactividad cardiovascular, el cáncer y la depresión entre otros, siendo no solamente positivo para disminuir el estrés”, concluye la experta.

La amistad surge aproximadamente a partir desde los 12 años, es decir, cuando los niños ya son capaces de compartir su intimidad mutuamente comunicándose aquello que los hace mejores personas. Los buenos amigos son un tesoro en la vida, ya que ayudan con sus ejemplos y consejos y brindan la oportunidad de servirlos con sacrificios y renuncia personal.

Ideas para afianzar lazos de amistad:


- Fomentar la comunicación padre-hijo: Conocer cómo se desenvuelven los niños en el curso y evaluar si están siendo marginados por sus compañeros, resulta útil para saber si están pasando por momentos desagradables y difíciles. Por eso es importante incentivar la comunicación padre-hijo para ayudarlos a revertir esa situación. Diagnosticarlo a tiempo es clave.


– Fomentar el cuidado de la lealtad y la sinceridad con lo amigos


– Enseñar a ser generosos con el tiempo que se dedica a los amigos y con la ayuda que se les puede ofrecer. Estar disponibles para escucharlos y atenderlos.


– Organizar actividades e invitar a los amigos a la casa.

 

Fuente: Hacer Familia

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