Al igual que las mujeres, los hombres también experimentan un periodo de desajuste cuando llegan a los cuarenta años. Este consta básicamente de la dificultad para aceptar el tránsito hacia la madurez, dejando atrás los años de juventud.
Los síntomas más claros ante una posible crisis que genere la necesidad de sentirse jóvenes nuevamente son el deseo de experimentar aventuras diferentes que se han disipado a raíz de los años o que en su momento no pudieron ser. Otro aspecto relevante es la ambición de “libertad”, impulsada por el agotamiento o la cantidad de responsabilidades que suelen llevar los jefes del hogar.
Es frecuente encontrar que los hombres en esta etapa (entre los cuarenta y los cincuenta), asocien juventud con libertad, adrenalina, emoción, diversión y comiencen a observar que sus vidas están lejos de esto. Ante esto se abre la puerta al aburrimiento y al desinterés por la vida que llevan. A corto plazo, estas experiencias despiertan una cantidad de emociones que los hace pensar que han vuelto a ser los mismos de antes. Sin embargo, a largo plazo puede convertirse en una situación conflictiva en el matrimonio; las razones son de suponer.
¿Qué ocurre a los 40?
Al cumplir los cuarenta años hay varios fenómenos que convergen siendo la mitad de la vida (en promedio) un momento para reflexión y renovación. Es el fin de un ciclo y el inicio de otro, donde se plantean cambios en relación al rumbo de vida, en otras palabras una “reingeniería” personal.
“Durante esta edad los hombres hacen un balance de su vida consciente o inconscientemente. Evalúan cómo viven, cómo se sienten, si han conseguido los objetivos que se habían marcado, si su presente es el futuro que tanto habían deseado”, explica Vicente Marrama, especialista en Coaching para hombres en la crisis de la mediana edad. Es por esto que algunos hombres empiezan a interesarse por su aspecto físico cuando nunca antes lo habían hecho. Están atentos a las tendencias de moda, indagan sobre los cuidados de la piel y del cabello. El deporte se convierte en prioridad y acuden a diversas rutinas que tienen como fin recobrar o no dejar ir su aspecto juvenil.
¿Cómo superar la crisis?
Las siguientes son medidas para prevenir o combatir las etapas conflictivas propias o de la pareja, propuestas por la socióloga y catedrática norteamericana Barbara Weiss Hewitt.
- Darle importancia a lo que ha costado tanto esfuerzo conseguir a lo largo de los años: pareja, hijos, amigos, trabajo.
- Tener una actitud positiva con la propia vida y el futuro y valorar lo vivido en lugar de querer recuperarlo.
- Trabajar la autoestima en la juventud; ayudará a pasar por esta edad sin notar estas conductas nocivas que predisponen a la crisis. Moldear la estructura emocional para que llegado el momento responda con la fuerza necesaria.
- Disfrutar de los logros que se han podido conseguir y no poner atención exagerada en lo que ha quedado pendiente.
- Si se ha caído en la crisis, hablarlo con la familia. Las personas cercanas deben saber exactamente qué es lo que está pasando para poder accionar correctamente. Cuanto antes se asuma el conflicto, más rápido se saldrá de él.
Vía: LaFamilia.info