¿Qué esperan de la escuela y qué comparten con la escuela de su hijo?
En la población de la educación básica está en boga mandar a los estudiantes a evaluaciones externas por distintos temas: problemas de aprendizaje, de comportamiento o sociabilidad. Al consultorio llegan padres decepcionados, con hombros caídos, con niños tristes, desbordados o que no entienden la situación que los ha llevado a ese lugar.
La escuela enseña contenidos, pero la familia entrega herramientas para la vida.
Bajo ese panorama empieza la consulta y mi escucha atenta sobre si la escuela o el colegio es esto o lo otro. En ese momento me pregunto: ¿con qué criterio los padres escogieron la escuela?, ¿qué los hizo pensar que ese era el lugar para su hijo?, ¿qué esperan de la escuela y qué comparten con la escuela del niño? Dentro del consultorio se van descifrando esas preguntas y con base en esa experiencia me permito hoy compartir unas sugerencias a considerar antes de escoger este año la escuela para el peque de la casa.
Ideología de la escuela sobre los niños
Esto parecería sencillo de saber porque todas las escuelas pregonan su visión y misión. Sin embargo, no todos los profesores comulgan lo mismo que el lugar donde trabajan. Se puede conversar con los tutores que estarán a cargo del niño o con uno o dos profesores que trabajarán con él para saber qué concepto tiene sobre los niños: ¿los respeta?, ¿trabaja con ellos porque los quiere?, ¿tiene como objetivo personal promover el desarrollo del niño?
Áreas de fortaleza del colegio vs. las de mi hijo
Las escuelas o colegios siempre pregonan sus fortalezas, por ejemplo el trabajo en valores. Frente a eso, preguntar qué actividades se hacen para desarrollar los valores: ¿los niños visitan enfermos?, ¿organizan actividades con animales de la calle?, ¿hacen actividades de qué tipo para conocer estos valores de los que se habla? Aquí hay que tener claro de que los valores se enseñan en casa, pero también es real que las escuelas los refuerzan.
Si la institución tiene como insignia el alto desarrollo de los idiomas, las ciencias duras, las ciencias sociales o el arte, yo deberé estar atento a las fortalezas e intereses de mi hijo. Si el niño tiene un alto interés por el arte y la escuela ni siquiera tiene esa clase en el pensum, entonces es mejor ver otra opción que le permita aprender de todo incluyendo actividades artísticas.
¿Qué comparto o compartiré con la escuela?
¿Soy del tipo de padre que le gusta que le informen de todo o prefiero que me llamen al final del día? Si me gusta que me informen, entonces debo buscar un lugar que tenga esa política, si no soy así y escogí un lugar que tiene esa política debo saber que me torturarán con notificaciones y que eso será para mí molesto creándome una disposición negativa para la escuela.
Deben tener claro que la escuela enseña contenidos y es un canal para que los chicos socialicen y aprendan a resolver los impases de la vida académica y social. Sin embargo, es la casa la proveedora de herramientas que tendrán para la vida y de los cimientos claves desde los cuales tomarán sus decisiones. Así que ¡a escoger bien y ser ejemplo de vida! Solo así llevaremos la escuela en paz.
Por Ma. del Carmen Rodrigo
Psicóloga Clínica
mariadelcarmenrodrigoh@gmail.com