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Desde hace algunas décadas hemos escuchado esta y otras frases en torno al tamaño de las familas, pero eso no implica que sean ciertas.

En el mundo actual, muchos piensan que lo más importa es la comodidad, la ley del menor esfuerzo, el desinterés por el otro y el egocentrismo. Parecería que la vida y la familia no tienen valor, y que se puede hacer con ellas lo que nuestro egoísmo nos diga. Estos conceptos se han ido sembrando en las generaciones poco a poco, de forma que nuestros jóvenes los han normalizado y ahora, muchos de ellos, ya no desean casarse, porque piensan que todo es desechable, y que el matrimonio solo causa problemas. Los niños son la alegría del mundo, cada hijo es una bendición y un don inmerecido. Está en nuestras manos el que nuestros hijos vean a la familia como una verdadera y deseable opción de vida.

Cinco tips para educar a nuestros hijos para la familia

Primero: No hay familias perfectas. Debemos estar conscientes de que en todas las familias hay problemas y que esto no debe ser un motivo para dejar de vivir en familia. Si educamos a nuestros hijos dentro de una familia y les enseñamos que podemos estar o no de acuerdo en ciertas cosas, pero siempre estamos dispuestos a dialogar, ellos sabrán solucionar los problemas cuando se les presenten.

Segundo: Más vale ‘bien acompañado’. Es un error que se piense que es mejor vivir solo o con algún animal antes que en una familia. El hombre es un ser social y por lo mismo estas ideas de hacer a un lado a la familia están provocando tendencias a la depresión en niños y jóvenes que terminan muchas veces en suicidio y en adicciones y drogas. La familia siempre es un apoyo en la vida cotidiana y por lo mismo podemos contar con los miembros de la familia en las buenas y en las malas.

Tercero: La mejor herencia que le puedes dar tu hijo es un hermano. Si Dios te concede la gracia de tener varios hijos, que no te de pena; por el contrario, siéntete orgulloso, ya que Dios te ha bendecido abundantemente. Los hermanos son muy  importantes en la vida de un niño. Son los compañeros de juegos, de travesuras, de aprendizajes y de experiencias. Un hermano puede ser el soporte y motor de la vida, la persona en la que puedes confiar a pesar de cualquier circunstancia. La familia pequeña, no necesariamente, vive mejor. Hay que aceptar los hijos que Dios te de, sean muchos o sólo uno. Y hay que tratar de educarlos para que comprendan la importancia de vivir en familia y como familia.

Cuarto: Convive con otras familias. Es muy necesario que nuestros hijos convivan y se desarrollen en un entorno favorable y que fomente los mismos valores en los que los educamos. Por eso es bueno tener amistades afines a nosotros y es indispensable frecuentarlas para que nuestros hijos vean que no somos los únicos que tenemos ese estilo de vida. De ser necesario, debemos formar comunidades donde las familias se apoyen y se edifiquen unas a otras con gran caridad y objetividad. Donde puedan convivir con niños de diferentes edades; así aprenderán a buscar el bien de los pequeños y subsidiariamente ayudarán para que así sea, sin importar si tienen que sacrificar algo de tiempo o diversión para obtener el bien común, tal como los papás hacemos con nuestros hijos.

Quinto: Educa a tus hijos en las labores del hogar. Nadie nace sabiendo cómo se lleva una casa pero, si educamos a nuestros hijos en los deberes de casa y les ponemos una misión donde puedan practicarlas, seguro que aprenderán a ser mamás y papás de forma natural.

Si vivimos en familia y colaboramos todos para que la familia esté bien y para que todos nos sintamos cómodos en casa, estaremos marcando un estándar de vida para nuestros hijos y los estaremos formando para ser los papás y mamás de mañana, con gran capacidad de adaptación y con una creatividad inmensa para sacar adelante su propia familia, con valores y principios y con la prioridad de ser una familia unida; porque así han vivido ellos, aunque esto ya no esté de moda.

La familia es la primera escuela y la primera iglesia. Es el lugar donde mejor se desarrollan las capacidades de sus miembros gracias al amor.

Que todo sea para la máxima gloria de Dios.


Vía Yo influyo.

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